GRACIAS POR LOS RECUERDOS / Capítulo Dos: Preparación de la primera infancia

"El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera". Gálatas

Para que el día de mi nacimiento coincidiera con el de la inauguración presidencial, el 20 de enero de 1951, el parto de mi madre fue provocado en el Hospital St. John en Santa Mónica, California. Mis padres me pusieron el nombre de Susan Lynne Eckhart. La selección del día de la inauguración de mi nacimiento era especialmente significativa dada la posición que debería estar preparada a llenar un día. Mis padres me contaron durante años la historia de que mis primeras palabras habían sido: "Me gusta Ike".
Incluso a la temprana edad de un año, ya me estaban entrenando para ser políticamente consciente y me animaban a esforzarme en hacer campaña para el presidente electo.

Cuando mi madre y yo teníamos que salir del hospital después de mi nacimiento, mi padre comenzó un entrenamiento riguroso y la tortura intencional requerida para romper mi personalidad básica con el objetivo de crear muchas personalidades separadas e individuales para la formación y el uso por otros tal y como yo iba creciendo. Cuando mi madre me dejaba con mi padre para que me cuidara, no me daba de comer hasta que casi me moría de hambre. Entonces él cogía mi biberón y me ponía delante, pero en vez de dármelo, me metía su pene en la boca para que se lo chupara. Sentía que me moría asfixiada, ya que mi vía aérea estaba bloqueada y me amordazaba para que no pudiera respirar. Hubo muchos traumas como éste a continuación, muy a menudo sobre una base diaria.

Para que podáis entender como llegué a confiar en las cosas que empezaba a recordar a los 35 años de mi más tierna infancia, compartiré las experiencias siguientes. En la meditación, empecé a recordar pequeños hechos, cosas sin importancia en principio, como cuando mi madre me dejó con mi padre para qué cuidara de mí cuando yo tenía cuatro meses. Me puso sobre la mesa del comedor y se quedó mirando ¡como yo caía! Recordé claramente la terrorífica sensación de pánico, tal como iba cayendo y recordé el abrumador fuerte dolor que se causó en mi cuerpo cuando se golpeó el suelo. También recordé el color de la alfombra, el dibujo del papel de las paredes y otros detalles de la habitación. Nos fuimos de esta casa de Santa Mónica cuando tenía 6 meses de edad, y nunca la he vuelto a ver.

Incapaz de asimilar lo que estos primeros recuerdos de infancia podrían significar, empecé a leer sobre las experiencias de los veteranos de Vietnam y como de repente revivían recuerdos de traumas que habían presenciado en la guerra. Pensé que esto podría ser el mismo tipo de fenómeno de la memoria. Para comprobar mi recuerdo de este incidente en particular, compartí los detalles de este recuerdo con mi madre.
Su reacción fue de sorpresa aunque parecía terriblemente confundida sobre las acciones de mi padre. Me dijo que había descrito nuestra primera casa y se sorprendió de que pudiera recordar con tanta precisión los detalles de un hecho que había pasado cuando era sólo una niña. Al ser el tercer hijo de una madre muy ocupada, no se habían tomado imágenes mías en aquella casa que yo pudiera haber tras visto. La validación que me dio me hizo sentir más confianza en los otros recuerdos que pronto comenzaron a inundar de nuevo mi conciencia.


EL TRAUMA PARA CREAR EL TRASTORNO DE PERSONALIDAD MÚLTIPLE

Los recuerdos del trauma demasiado abrumadores para soportarlos como una niña se despliegan para mí al enfrentarlos como un adulto. Poco a poco, trozo a trozo, empecé a recordar y a comprender lo que me había pasado en realidad cuando era pequeña, pero los recuerdos de ninguna manera vienen perfectamente empaquetados en orden cronológico. Fue necesaria la prueba del tiempo, ya que cada recuerdo cabe en los anteriores y en los de después de él y, como un rompecabezas, con todas las piezas en su lugar, empecé a crear una imagen completa aún más terriblemente devastadora.

Armada con esta primera validación de mi madre y con el apoyo de dos terapeutas, empecé cada día de terapia a recordar atroces torturas, abusos terribles, y detalles extraños que estaban todavía dolorosa y perfectamente compartimentados en la realidad de diferentes personalidades de niños y adultos programados dentro de mí. Muchos tenían nombres diferentes. Esto fue en 1987, dos años después que empezara mi primer "despertar". Y ahora puedo, por primera vez, recordar mi más tierna infancia. Consulté al Dr. Stuart Perlman, un psicoterapeuta clínico de Westwood, y empecé a verle en un par de sesiones por semana hasta que la crisis de autolesiones y suicidio que estaba atravesando, desencadenada por recordar cosas que estaba programada para olvidar rápidamente requirió que mis sesiones con él aumentaran a siete o más por semana. También estaba teniendo sesiones semanales con la Dra. Margaret Paul.

En el momento en que empecé la terapia, ninguno de mis terapeutas estaba familiarizado con la disociación, el Trastorno de la Personalidad Múltiple, o el abuso ritual. Los flashbacks vívidos, dolorosos y a menudo terribles y las abreacciones de la traumática memoria que recuperé dentro y fuera de sus oficinas los dejó a todos con un dilema, tratando de dar sentido a lo que me estaba pasando. La Dra. Perlman escribió un artículo sobre el TPM / abuso ritual para una revista psicoanalítica, donde compartió que a medida que pasaba el tiempo más llegaba a comprender que el Trastorno de la Personalidad Múltiple no era tan extraño como le habían enseñado en la escuela. A pesar de su distante tranquilidad, el no interactuar, la postura psicoanalítica a menudo me hacía sentir incómoda durante las sesiones de terapia, después estaba más agradecida a que él no hubiera interrumpido su propia realidad en mi proceso de recuperación de la memoria y reducido su creencia inicial de que yo estaba delirando. Mi primera sesión con el Dr. Perlman fue profundamente conmovedora con lágrimas cayendo de mis mejillas cuando me contaba ejemplo tras ejemplo de abuso infantil. Sus sabias palabras para mí ese día fueron : "Todo lo que necesitas para curarte está en el interior, tienes todas las respuestas dentro de ti misma".

El otro terapeuta mío, el Dr. Paul y yo estábamos permanentemente perplejos en cuanto al significado de todos los recuerdos y no tuvimos una respuesta hasta un año después cuando asistí a una sesión de las Víctimas de Incesto que Emergen como Supervivientes (VOICES) celebrada en Nueva Jersey por mi misma, cuando oí a una ministra hablar sobre el ritual de abuso satánico. Al final de la conferencia, me sentí entumecida, cuando la oradora recordó muchas torturas similares a aquellas que yo había recordado de mi infancia. La "grande, hermosa, perfecta vida de cuento de hadas" que había vivido pensé que empezaba a hundirse, al mismo tiempo que una memoria. Lo que sigue es una documentación cuidadosamente compilada de mi pasado.

Cuando tenía seis meses, mi padre y mi madre decidieron mudarse a un ambiente más rural para levantar su joven familia. Mi hermano Jim tenía ocho años, mi hermano Rick tenía cuatro, y yo tenía seis meses. Mi padre pidió dinero prestado a la madre de mi madre para comprar un rancho con una casa de tres dormitorios situado en medio de una plantación de nogales en Woodland Hills, California. Esta casa tenía que ser la base para ocultar la tortura extrema y el trauma que me esperaban los próximos 19 años. Estos años de trauma deberían haber sido suficientes para matar a diez hijos, pero por alguna extraña razón a mí no me mató. Mi padre me decía que cada vez que me dolía lo hacía para endurecer, ¿para fortalecerme para el futuro. En respuesta, me dividí en muchas personalidades para lidiar con el insoportable dolor físico y psicológico y con la traición.

Mi padre trabajaba para otros haciendo de soldador hasta 1957, cuando decidió ser su propio jefe, lo que provocó la apertura de su propio taller de soldadura. Este negocio, el Eckhart's Welding Shop (ubicada en Pico Boulevard en West Los Angeles), al principio era nuestra única fuente de ingresos, ya que mi madre se quedaba en casa haciendo de ama de casa y madre a tiempo completo. Vivíamos sencilla y frugalmente, con el dinero que mi padre ganaba. Entremedio y en paralelo a la realidad cotidiana consciente de que compartíamos como familia, había una muy oscura, secreta y dolorosa realidad compartida en el subconsciente y en el dolor. Compartiré muchos de estos segmentos de oscuridad con vosotros para que podáis entender cómo se produjo todo esto.

Cuando tenía un año, mi padre me metía en una manta que suspendía de una cuerda del alto techo de nuestra sala de estar y me daba vueltas y vueltas y vueltas hasta que estaba completamente mareada y desorientada. A continuación introducía un trauma, como meterme algo en la vagina y mi joven psique destrozada, se separaba en otra personalidad para soportar el dolor. Comenzó abusando de mí sexualmente en mis primeros meses, mediante la inserción de objetos en la vagina, que, poco a poco, se fue ensanchando de manera que cuando ya tenía dos años era capaz de aceptar el pene de un hombre adulto.

Estaba siendo preparada para, en principio, la prostitución infantil, la pornografía, y una posición en el "círculo interno" de la iglesia.

Mi madre me contaba, entre lágrimas, que cuando sólo tenía unos pocos meses de edad, me dejó en brazos de su hermano John, quien me llevó toda una semana a Santa Bárbara. Cuando me hablaba de este incidente siempre sonaba como si no hubiera tenido otra opción, como si no tuviera ninguna posibilidad de impedir que alguien pudiera llevarse lejos de ella a su bebé recién nacido. El recuerdo de lo que pasó en Santa Bárbara con mi tío John sigue siendo inaccesible para mí en este momento, pero sé que debe ser significativo.

Desgraciadamente como bien podéis entender, mi pobre controlada mental madre nunca tuvo ningún tipo de oportunidad y estaba totalmente manipulada por mi padre, que yo creo que sufría de Trastorno de Personalidad Múltiple (TPM / TID), él mismo había sido abusado ritualmente, y lo más probable es que también estuviera bajo control mental. Gran parte del tiempo mi madre fue una amorosa, cariñosa, gran dama pero estaba controlada. Pasaba las horas de su día a día limpiando obsesivamente la casa, planchando todo lo que ella lavaba perfectamente, limpiaba el suelo, lavaba las ventanas, cocinaba y atendía nuestras necesidades. Después de cenar, mientras mi madre lavaba los platos, mi padre se sentaba a ver la televisión y leía el diario. Mientras él se relajaba, mi madre empezaba su siguiente trabajo llevando la contabilidad de los negocios de mi padre, no paraba en sus funciones o se sentaba hasta que caía rendida en la cama a las 11:00 de la noche.

Cuando empecé a recuperarme en los años 80, le pregunté a mi madre por qué todo lo que hacía era frotar y limpiar la casa y no estar para mí siendo pequeña. Su respuesta fue: "Sue, mirando atrás, sentía como si hubiera algo realmente sucio en nuestra casa".

Mi madre era capaz de sentir lo que no se le permitía pensar, y tenía razón, había algo sucio. Ella inconscientemente trataba de encargarse del problema de la única manera que sabía como por ejemplo, limpiar la suciedad. Estaba dormida, estaba programada, drogada, o estaba aturdida, disociada mientras yo estaba siendo abusada o cuando ella estaba siendo golpeada por mi padre o maltratada por otros. Escuchaba música obsesivamente, lo que le ayudaba a desconectar y a calmarla. Sabiendo lo que ahora sé, lo más probable es que escuchara música porque le habían dicho que la escuchara para mantener el recuerdo de nuestra vida real profundamente encerrado dentro de su mente subconsciente, mientras que su realidad programada y la de nuestra "feliz familia perfecta" se mantenía viva a través de frases programadas en la música.

Mi padre hacía medicinas para mi madre. Ella seguía las órdenes y la programación de mi padre al pie de la letra. Obedeciendo su programación, me envió a lugares donde me prepararían, entrenarían y programarían, y me utilizarían, sin ser consciente de lo que estaba haciendo. Hoy en día, si se le pregunta sobre esto, mi madre llora y dice que, si bien ella cree y siente que las denuncias de lo que me pasó a mí son ciertas, no lo puede recordar.


EL TRAUMA RITUAL EN LA IGLESIA

En aquellos tiempos, mi madre se unió a la Primera Iglesia Bautista de Woodland Hills, y empezó a llevarme con ella a la iglesia. Más tarde, en la terapia, recordé y saqué fotos de túneles que recordaba pasaban por debajo de la iglesia que conectaban con casas vecinas de los perpetradores del círculo interno de la iglesia. Los Domingos por la mañana, mi madre me dejaba en la guardería mientras ella iba al sermón. Los miembros del personal de la iglesia, vecinas algunas de ellas y el ministro, ritualmente abusaban de mí en aquella iglesia. El ministro más anciano que abusó de mí fue el Rev. Grant B. Yeatman.

A los dos años, ya estaba fuera de la guardería de la iglesia y asistía a una pequeña clase de la escuela dominical con otros niños. Un domingo, cuando ya era un poco más grande, el Rev. Yeatman entró en mi clase de la escuela dominical a mirar cómo jugábamos y hacíamos dibujos. Me señaló y me dijo que yo era "de los elegidos de Dios" y me dijo que lo siguiera. Cuando estuvimos fuera en un área protegida, me obligó a meter mi cabeza bajo su túnica para realizarle sexo oral tal como mi padre me había preparado para hacer desde mi nacimiento. Después cuando había terminado, me limpió la boca con un pañuelo y me dijo que iría al infierno por lo que acababa de hacer, pero que se me perdonaría si no se lo decía nunca a nadie. Aún más se ofreció a rezar por mi alma y luego me envió de nuevo a mi clase de la escuela dominical.

Otro domingo, después de haber sido sodomizada en una habitación trasera por el Rev. Yeatman, me cogió de la mano de vuelta en mi clase de la escuela dominical, se inclinó y señaló una imagen de Jesús rodeado de niños pequeños y me dijo : "Jesús nunca podrá amar a una niña tan mala y maligna como tú". A partir de entonces creí que había algo terriblemente malo en mí y que yo nunca estaría al mismo nivel que otras personas. Pensé que Jesús no podía amarme porque yo era mala. Partes de mí se murieron en mi interior. Pero en el fondo dentro de mi alma, en mi ser interior oculto y protegido, los seres angelicales continuamente me recordaban el amor de Dios por mí y su apoyo. Cuando fui torturada hasta el punto de que me proyectaba fuera del cuerpo debido al dolor extremo, Ángeles de Jesús me hablaban cariñosamente y me explicaban que tenía que volver a mi cuerpo, que algún día, cuando fuera mayor lo entendería. Pero inconscientemente, en mi limitada comprensión infantil, creía que no era digno de ser amada y horrible a los ojos de Dios.

Otros domingos, diferentes niños eran los "elegidos de Dios" y tenían que salir de la habitación con el cura.

Muchas de las personas que trabajaban en la iglesia, la secretaría de la iglesia y las maestras de la escuela dominical, eran vecinas nuestras y ahora entiendo que, muy probablemente, habían sido ritualmente abusadas de pequeñas y llevaban a cabo sus violentas acciones mediante su propia programación infantil inconsciente.

La Sra. Winkler, la secretaría de la iglesia, vivía al otro lado de la calle. Además de la cristiandad, también practicaba la hechicería y la brujería en su casa oscura, aislada y protegida de la intrusión externa por ventanas cubiertas de cortinas. De pequeña, mi padre me despertaba, temprano por las mañanas de sábado o domingo y me llevaba al otro lado de la calle con una zanahoria, para "alimentar a los caballitos".
Siempre alimentábamos a los caballos pero el propósito real de estas excursiones era sacarme de casa para ir a ver a la señora Winkler para lo que ellos llamaban "mi entrenamiento y preparación".

La Sra. Winkler encendía velas y ponía mi pequeño cuerpo boca abajo sobre la mesa, haciendo cánticos sobre mí, mientras me clavaba agujas afiladas en los pies, me quemaba con las llamas de las velas o me asustaba con arañas. Afirmaba: "Quédate en la realidad aún, Susie, hasta que esta poción entre. Serás poderosa y muy especial algún día. Tu padre está pagando esto, para hacerte alguien especial para ti. Serás conocida".

Me dijo que otras veces había sido escogida por Dios para cumplir una misión. En vez de Satanismo organizado, ejercía su propia forma perversa de cristianismo con el propósito de "purificarme" para librarme de todo mal. Nunca se dirigía directamente a Satanás, sino que hablaba del infierno y la condenación, era un fundamentalismo cristiano de estilo fuego y azufre, mezclado con brujería. La Sra.Winkler cortaba trozos de mis cabellos y los guardaba para rituales que celebraban con otros miembros "internos" de la iglesia y con mi padre en lugares rurales al aire libre, en medio de la noche oscura.


PROGRAMACIÓN DEL TRAUMA

Durante años, mi padre realizó una serie de brutales abusos físicos y psicológicos, de tipo ritual, entre ellos: el confinamiento en jaulas, armarios, y un ataúd, mientras le decía que me dejaría morir; casi ahogamiento; aislamiento; agujas insertadas en zonas sensibles del cuerpo, la falta de comida y de sueño; electrochoques con cables eléctricos, equipos de soldadura, aguijones para el ganado, etc. drogas, sofisticada programación hipnótica y electrónica, atarme boca abajo en el exterior en campos de nogales aislados y otros lugares; obligarme a participar en rituales de tortura y orgías, y abusar sexualmente de mí, cada vez de formas más pervertidas.

En ese momento, Woodland Hills estaba aún en su propia infancia. Al principio, sólo había dos o tres casas construidas en nuestra calle, asegurando a mi padre y a un montón de otros, grandes espacios para llevar a cabo sus crímenes. En 1952, lo que ahora se conoce como la "Autopista 101" aún no se había construido. El área todavía estaba en gran parte subdesarrollada y era rural, permitiendo que estos crímenes quedaran fácilmente sin ser detectados.

Mientras aún era muy pequeña, mi padre tuvo una aventura con otra secretaría de la iglesia llamada Selma McGrew, que vivía en la casa de atrás de la nuestra. Participó en mi "preparación" cuando mi padre permitió incluirme en el sexo que ellos tenían. Siendo tan joven y pequeña a menudo sentía que sería asesinada durante estos encuentros, así que me separé en más personalidades para soportarlo.

La noche no estaba diseñada para dormir en nuestra casa, sino que era tiempo de entrenamiento. Mi madre era la única a la que se le permitía y / o se le enviaba a dormir. Mis dos hermanos mayores, Jim y Rick, y mi padre entraban en mi habitación noche tras noche, creando un sinfín de diferentes formas de violencia de abuso sexual, todo bajo la dirección de mi padre. Mi hermano Rick, que es cuatro años mayor que yo, era seleccionado para participar más a menudo y mi padre lo utilizaba para ayudar a "prepararme" para ser usada como una prostituta infantil y para mi próximo debut en la pornografía.

Los dos éramos abusados sexualmente al mismo tiempo y los dos juntos recibíamos electrochoques con cables eléctricos pelados en nuestros genitales. Recuerdo dolorosamente a mi hermano sentado mientras mi padre como un robot le ataba un cable pelado en el pene y luego metía el extremo opuesto al enchufe, provocando en su pequeño cuerpo incontrolables espasmos. Las lágrimas inundaban los ojos de mi hermano y le corrían por las mejillas cuando él mismo era obligado a ver como me lo hacían a mí.
Durante años, mi madre contaba la historia de cómo ella continuamente encontraba a mi hermano escondido detrás del sofá dándose electrochoques a sí mismo mediante la inserción de cables pelados en el enchufe. Hacía una especie risa confusa, cuestionándose si debía reír al hablar de ello. A ella probablemente no se le ocurrió preguntarse de dónde había salido aquel el cable con las puntas peladas o por qué su hijo estaba constantemente tratando de electrocutarse a sí mismo. Yo metía un cuchillo de mesa en un enchufe con tanta frecuencia que había un cuchillo en el cajón de la cocina que era todo muescas al ser tan repetidamente metido en los enchufes. Este acto inconsciente reforzaba nuestra programación.

A menudo, mis padres, me despertaban y me drogaban en mitad de la noche para asistir a rituales que se realizaban en el terreno baldío trasero de la iglesia y en otros lugares alrededor de Woodland Hills.
Muchos de los barrancos y lugares al aire libre que se usaban para rituales cuando yo era pequeña, se han convertido desde entonces en viviendas o grandes áreas de drenaje de cemento, pero en los años 50, estas zonas, siempre proveían reclusión para este grupo. No toda la congregación participaba en estos horrores nocturnos, sólo a un seleccionado círculo interior le estaba permitido entrar.

A los dos años, fui iniciada en el círculo interior con una celebración dedicándome como la esposa de Cristo. Estaba drogada, vestida con un largo vestido de encaje blanco, y pasaba alrededor del círculo de miembros drogados sentados alrededor de una hoguera en un solar vacío, en medio de la noche. Cada miembro me acariciaba sexualmente, yo estaba tumbada en un altar para ser violada y dedicada a Cristo y al grupo. Los miembros del círculo interior vestían túnicas negras y participaban en orgías sexuales y asesinaban y comían animales y carne humana. Su creencia era que estos actos sexuales y de canibalismo los transferiría la energía o la fuerza vital de la víctima a fin de hacerlos más poderosos.

He participado en un sinfín de rituales que incluían ser quemada con velas, teniendo un crucifijo empotrado en la vagina mientras yacía en un altar o colgada boca abajo en una cruz, teniendo agujas clavadas en cada área de mi cuerpo, incluyendo la vagina y el paladar, y teniendo animales y bebés que habían matado delante de mí y yo era obligada a comer su carne cruda y beber su sangre u orina. Otros niños participaban en los rituales, y cuando llegábamos a una cierta edad nos veíamos obligados a participar en matar animales y bebés. Para sobrevivir psicológicamente a estas experiencias, fueron creadas muchas más personalidades dentro de mí. Nada era tan doloroso como verme obligada a infligir dolor a otros o ver como otros eran torturados o asesinados.


MI COLECCIÓN DE MUÑECAS

Tenía un armario para muñecas que mi padre había hecho especialmente para mí. Estaba lleno de muñecas de todo el mundo, que me habían regalado con amor. Mi padre usaba mis muñecas para programar diferentes personalidades dentro de mí, cuando él abusaba de mí noche tras noche. A menudo, cuando mi padre me torturaba me entregaba una muñeca diferente para celebrar la creación de diferentes partes de mí con identidades diferentes que, en mi joven mente yo podía relacionar con la muñeca que tenía en la mano. Me decía que la muñeca que tenía en la mano era una parte de mí, pero separada y que luego él la llamaría por su nombre. Había la pequeña muñeca con pelo rojo y pecas, la muñeca bebé, Cyndy la muñeca vestida de novia, Rebecca, Sally, Pulgarcita, la Barbie y la Madamme Alexander, por nombrar algunas.

Había muñecas por todas partes a mi alrededor, sobre todo en ese armario para muñecas que mi padre había hecho para mí con puertas correderas de cristal para que las muñecas se pudieran ver. Cada muñeca estaba "expuesta", lo que mi padre decía que significaba que no podía jugar hasta que el me dijera que era hora de que salieran del armario. Por la noche cuando me despertaba para abusar de mí, sacaba la muñeca de la personalidad que tenía que poner delante, o representar, con una personalidad de mi sistema interno de personalidades creadas. Cuando sacaba una muñeca del armario, decía, "Ya no está en el escaparate, ahora puede salir a jugar", y en aquella tierna edad, me gustaba cambiar la personalidad que mi padre elegía. Entonces decía: "Tú Susie, te apartarás y Nina entrará de lleno en tu cuerpo. Cada vez que haga chasquear los dedos tres veces, Nina entrará a tu cuerpo y Susie se apartará, así como ahora", y él hacía chasquear los dedos tres veces y a mí me gustaba seguir el mandato de mi padre, total y completamente.


LAS VACACIONES

Las vacaciones siempre marcaban tiempos de trauma. Una Navidad me desperté emocionada por ver lo que Santa Claus me había traído. Mis dos mundos y las personalidades que vivían en ellos estaban sometidos continuamente a realidades diferentes, y ese día no sería diferente. Susie con su bata de terciopelo rojo tenía un tratamiento especial, mientras que las otras personalidades tenían una "Navidad", como una realidad muy diferente dolorosa y malvada. Mientras Susie tenía un calcetín de Navidad lleno de golosinas, Sharon conseguía cuchillas de afeitar y carbón y trozos de animales muertos. "Sharon", fue otra de las personalidades internas que mi padre me creó, que desarrolló como "gemela interior" en Susie, mi personalidad consciente de cada día. Un trauma ritual de Navidad vívidamente recordado fue cuando mi
padre me tiró envuelta en una alfombra delante de la chimenea y me metió el dedo en la vagina mientras ponía un atizador en el fuego. De alguna manera me hizo entrar en un estado de tránsito, comenzó: "Tú no notarás esto. Sólo seguirás sintiendo placer, igual que el que sientes ahora rozándote, ¿Te sientes bien?"

"Sí padre", contesté como un robot.

"Bien, entonces cuando haga esto sólo aumentará el placer", mantuvo el dedo en el lugar hasta que sacó el atizador al rojo vivo del fuego y antes de metérmelo dentro, sacó su dedo y tal como había hipnóticamente ordenado, yo sólo sentí el placer del calor dentro de mí. Muy afectuosamente dijo: "Muy bien, bonita. Lo estás haciendo muy bien. Ahora respira profundamente y cuenta hasta tres y haz como si tuvieras que hacer pis. Entonces cuando saque esto, sentirás aún más placer. ¿De acuerdo?"

"Sí, padre", le dije poniéndome mi pequeña mano delante de la cara mientras contaba, " Uno", mientras levantaba un dedo, luego "dos", colocando dos dedos, entonces, "tres", y cuando él había sacado el atizador, me sentí muy feliz. No me hacía ni daño. No podía sentir el dolor de aquella cosa al rojo vivo.
Pasados unos meses, estiré la mano y toqué un ángulo de hierro candente mientras mi padre lo estaba soldando y cuando se me quemó gravemente la mano, me sorprendió. No entendía que me hiriera. Mi padre era un experto en estos "juegos".

En otras ocasiones me ponía algo que diera miedo delante de la cara para que me asustara antes de hacerme algo traumático. Entonces me decía que no sintiera nada mientras él me ponía una cinta de plata alrededor de la muñeca y en la frente y me electrocutaba con la caja negra que estaba conectada a las cintas con cables. Él había dicho "que lo estaba haciendo muy bien", pero yo tenía la cara empapada de sudor y me escocía cuando me daba lo que él llamaba "Una sacudida".

En sus ratos libres, incluso en presencia otras personas, mi padre me decía: "¿Quieres una sacudida?"
Yo decía, "No", mientras reía nerviosamente, haciendo como si fuera un juego, pero no lo era.
A menudo, después de experimentar una de esas sacudidas, me sentía adormilada y mi madre decía:
"¿Qué te pasa? Estás enferma?"
"No lo sé", decía, porque yo no sabía nada. Para saber debes "saber" y "saber" era muy malo y te hacía mucho daño. En cuanto ciertas personalidades de mi interior recibían dolor y tortura inmediatamente después me cambiaba de nuevo a Susie que no sabía nada de esto.

Había noches en que mi padre me despertaba mientras soñaba y ideaba formas de hacerme girar hasta que quedaba totalmente desorientada, tras lo cual me llevaba a mirarme frente a un espejo y me llamaba por otro nombre que no era el mío, "Sandy, esta eres tú en el espejo, y Sandy es amiga mía. Ella nos ayudará. Es una amiga de Susie, pero Susie no sabe que Sandy existe, Susie ni siquiera necesita pensar en ti, Sandy". Y estas eran algunas de las tácticas utilizadas para destruir y crear alternativas identidades dentro de mí desde una edad muy temprana.

En trance hipnótico me dijo, "Los globos te llevarán lejos, te llevarán a habitaciones con muchas personalidades, pero al mirar a cada una, sabrás que ellas son tú. Todas son tú. Pero sólo una cada vez. Una habitación y una persona cada vez".

Otras noches, me despertaba y abusaba sexualmente para crear la barrera disociativa y crear más personalidades o actitudes. Decía: "Ahora mira dentro de la primera habitación. Es la de Darla. No es valiente ni bonita, y siempre es feliz. Darla está dedicada a las estrellas. Siempre sabe exactamente qué decir y hacer para que los demás se sientan bien, que sean felices. Ahora mira a la segunda habitación. Es la de Sandy. Es bailarina. Puede bailar muy bien y es capaz de doblarse en diferentes direcciones... para sorpresa de todos. No le avergüenza en absoluto quitarse la ropa delante de la gente. Le gusta, le hace sentir bien. Pero sólo puede hacerlo cuando es el momento adecuado". Mi padre también colocaba estrellas en mi techo que iluminaba por la noche para recordarme la programación.

A través de los años, mis controladores creaban programaciones para cada cosa que podían imaginar. Y programaban personalidades ángel destinadas a soportar el dolor cuando yo no podía.

Pero su breve parcialidad espiritual las dejaba a oscuras cuando yo trascendía su creada personalidad angelical, y dejaban mi cuerpo escoltado por Ángeles reales. Le debo mi vida a Dios y a estos estimados bonitos Seres que mantuvieron mi alma y mi amor intacto, ya que continuamente intercedían por la niña que era constantemente testigo de torturas.


LA PROGRAMACIÓN EN BASES MILITARES

Dick Hof era un infante de marina en la reserva. Él y su familia se mudaron al vecindario cuando yo tenía alrededor de tres años. Me dijo que no sabía demasiado bien cómo tratar a las niñas porque él sólo tenía niños. Algunos fines de semana se ponía el uniforme y me llevaba a las bases militares donde los hombres vestían uniformes de color canela. Ellos lo saludaban cuando estaban cerca y él se comportaba muy normal, hasta que estuvimos fuera de la vista de otros hombres. Me llevó a lugares de alto secreto en los que mostraba algún tipo de pases para poder entrar. Una vez estuvimos en el lugar secreto me metió en un cuarto de cemento vacío, frío y me ató a una mesa de laboratorio de metal. Arriba había luces brillantes y los hombres que se unieron a él me pusieron cintas alrededor de las muñecas, los tobillos, y la frente, luego apagaron las luces y se fueron mientras a mí me electrocutaban realmente fuerte. Tenían una pantalla que yo tenía que mirar y mensajes que debía escuchar inmediatamente después de los electrochoques. A veces Dick llevaba un maletín donde había en su interior algunas de mis muñecas y juguetes favoritos, como mi muñeca con el pelo rojo y pecas y mi mono calcetín. Cuando me hacía daño a menudo fingía hacer daño también a mis muñecas y juguetes, y me decía que mis amigas, las muñecas, seguirían recordándome cada día lo que estaba pasando, "si no obedeces y sigues las reglas - recibirás una descarga" y me electrocutaban otra vez. Dick también me amenazaba con su arma y decía que todos los hombres tenían una, y que si me "pasaba de la raya" se habría acabado para mí, así que más valía que escuchara y obedeciera las reglas. Los médicos me jugaron una mala pasada mientras estaba drogada. Hacían trucos con el día y la hora tratando de hacerme un lío. Me repetían una y otra vez que quien me había llevado allí no era la persona que realmente me había llevado. La mayor parte del tiempo yo sabía que era Dick Hof.
Me dijeron que había sido un astronauta y me trajeron a un hombre vestido de astronauta que entró y dijo :
"Yo soy el adulto que te ha traído aquí".

Yo decía: "No, no lo eres, mi vecino lo ha hecho". Así que me iban inyectando más drogas y me mantenían verbalmente con el martilleo una y otra vez hasta que me rompiera y estuviera totalmente de acuerdo con ellos. Pero por dentro recuerdo haber mantenido oculta la verdad en una parte de mí, así no perdería el control de la realidad y creería sus mentiras. A veces me sentía como si estuviera destrozada y justo en el límite y no pudiera decir realmente lo que estaba sucediendo. En estos momentos pedía a Dios que otra parte de mí estuviera recordando lo que realmente estaba pasando porque yo no podía aguantar más. Después de que se libraron de mí estaba en tan mal estado que necesité su ayuda para bajar de la mesa y después para caminar, y la semana siguiente me tuve que quedar en casa y no pude ir a la escuela porque vomitaba y estaba muy enferma. Mi madre dijo que sólo tenía " la gripe". Toda esta tortura y manipulación mental mantuvieron muy distantes mis mundos internos y externos.

Teníamos una especie armario alto en nuestra cocina y Dick Hof me dijo que yo podía ser como un mono y subir para conseguir las dulces pastillitas blancas que me harían sentir mejor, pero que no podía decírselo a mi madre porque él dijo que realmente no era mi madre porque ella había nacido en una clase inferior y me decía que yo era de clase alta, como mi padre. Me dijo que mi madre no sabía suficiente como para ayudarme, de modo que si me hacía daño podía subir y agarrar las pastillas y comérmelas y sentirme mejor.

Había otra base militar a donde me llevaron cuando tenía unos cinco años. Allí me examinó un doctor con una bata blanca de laboratorio. Me preguntó un montón de cosas para comprobar todos mis "sistemas". Como podéis ver, este abuso fue muy intencional y muy premeditado, con planes y metas a largo plazo.


LA RED DE ABUSO SE ENSANCHA

El trauma era omnipresente e involucraba a todas las personas que estaban cerca de mí y a otras personas que eran desconocidos. Las amenazas sobre las consecuencias de si lo recordaba o lo decía, hechas en momentos de trauma extremo, fueron profundamente enterradas en mi subconsciente y dictaban mis acciones diarias. Enormes cantidades de mis energías vitales subconscientes se utilizaron para mantener a mis personajes bajo control y mantener en secreto las actividades en que estaba involucrada.

A los cuatro años, me llevaron con un amigo de mi padre, Andy el policía, donde me enseñaron a hacerle sexo oral a Andy, a cambio de una tarjeta de cortesía que mi padre llevaba con orgullo en su cartera y que le perdonaba cualquier violación que pudiera haber cometido, si alguna vez era detenido por un oficial de policía. Desde muy joven, era subconscientemente consciente de que todo el mundo estaba al corriente de estas actividades y que ni siquiera los policías me protegerían, pero este conocimiento fue apartado de la conciencia porque creía en la realidad, ya que mi programación ordenaba que yo tenía una vida perfecta.

Cuando aún no tenía cinco años, mi padre me llevó a Long Beach para según les dijo a mi madre hacer una visita a Maude, tía de mi padre. Fuimos a visitar a tía Maude, pero en realidad estábamos allí para encontrarnos con el tío Charlie. El tío Charlie era de aspecto muy distinguido y vestía una ropa muy formal, aunque esto sólo era una reunión familiar. A esta edad, aunque percibí que sería un acontecimiento muy importante, no tenía la posibilidad de saber cómo esta crucial reunión influiría en el diseño de mi vida. En una total pesadilla horrorosa, vi como mi adulto padre parecía un retrasado y muy infantil cuando éste pariente, Charles Lilley Horn, le hablaba. Y cuando la conversación giró en torno a temas que yo no podía comprender, y el tío Charlie le tendió un papel a mi padre para que el lo firmase, cogí de la mano a mi padre y le supliqué: "Padre, quédate mayor, esto es muy importante, por favor, padre". Pero debido a su propio abuso en la primera infancia, no pudo mantener su estado mental adulto porque él también tenía Trastorno de la Personalidad Múltiple, con muchos niños heridos, fragmentados, perjudicados en su interior que también se les había programado la conciencia para ser usados por otros. Y así, cuando el tío Charlie le pidió que firmara el papel, él alargó la mano instintivamente, y sin pensar, lo firmó. De alguna manera yo sabía que este evento era un momento muy importante en el que yo necesitaba que mi padre se recuperara para protegerme. Pero él no pudo, debido a su propio estado disfuncional de la mente.

El tío Charlie después dirigió a mi padre a que me llevara a la programación inicial que involucraba máquinas y le informó del acuerdo con Bob Hope y la conexión con el gobierno. Mi padre seguía pareciendo un retrasado y sólo seguía moviendo la cabeza como un robot, asintiendo con la cabeza en señal de aprobación, mientras que Charlie le decía lo que tenía que hacer.


SUBASTAS DE ESCLAVOS

Los elitistas del mercado de esclavos del control mental asistían a las subastas que aparecían al principio como desfiles de moda para niños y luego pasaban a ser actos de striptease. Hice "apariciones" en muchos shows antes de que en realidad fuera patrocinada o vendida.

Mi padre me llevaba a una subasta de "modelos" esclavas en la que yo llevaba un lujoso vestido de tafetán blanco moteado de puntos de terciopelo negro, un sombrero a juego y un bolso que mi madre me había comprado en la cara tienda de ropa Stardusters.


BOB HOPE

En aquel espectáculo en particular fue donde me compró Bob Hope, había montones y montones de niñas y niños compitiendo. Decían que estos niños eran lo que llamaban "patrocinados" si eran elegidos. Y decían que era mejor ser elegido pronto porque entonces los patrocinadores (los propietarios) podían moldearlos de la manera que querían. Había una rampa de exhibición en la que a todos nosotros, los niños, nos mostraban. Yo llevaba primero una ropa informal, a continuación, ropa de noche sofisticada y luego un vestido sensual / sexual y, finalmente, aparecía totalmente desnuda. Primero hice el Ballet del Lago de los Cisnes con plumas de color rosa para la parte informal y vestía de terciopelo negro para la formal y a mi actuación desnuda la llamaron "la danza del tigre". Quedé en primer lugar en esta feria y fui vendida a Bob Hope en el mercado abierto. Me pusieron una capa blanca sobre mi cuerpo desnudo y Bob se acercó y estuvo a mi lado mientras todo el público aplaudía. De alguna manera me pareció que para algunas de esas personas era un deporte asistir a subastas. Entonces me senté de nuevo al lado de mi padre. Cuando el show terminó, vino un hombre mayor vestido con un esmoquin y me acompañó hasta Bob Hope que me dio la mano y dijo: "Hola, Tesoro. Sabes quién soy yo?"
"Sí, señor Hope". Le respondí tal como me habían enseñado.
"Seré tu hombre, pero tendremos que hablar más sobre esto más adelante... cuando seas un poco mayor". Se echó a reír.

Yo le sonreí y dije: "Gracias, señor Hope. Mi padre estará muy orgulloso". Pero mi padre nunca llegó a conocer a Bob. Se quedó en su asiento hasta que el hombre del esmoquin me llevó de nuevo con él.

A lo largo de mis años de formación, fui moldeada para ser extremadamente sexual mediante el abuso sexual con mi padre y otros. Las personalidades que se crean a partir de este abuso no siempre experimentan los encuentros como abusivas, porque eso es todo lo que saben. Bob después dijo a mi padre a través de un mensaje inculcado enviado a través mío durante un encuentro incestuosa con mi padre:
"Padre, Bob dice que es su deseo que realmente me encante el sexo y que tenga un mucho. ¿De acuerdo?"
"Claro tesoro, lo que quieras. Tú eres el jefe", respondió mi padre, desde su partida conciencia.

Bob era católico y también lo era la parte de mí que actuaba. Ella era mi "hermana gemela interior" para los propósitos de la programación, para mantener esa parte de mí separada de mi creación de la realidad "normal" y su nombre era Sharon. Bob decía que le gustaban las chicas católicas, porque eran fáciles y a él le gustaban "así".

Bob siempre era mordaz hasta que llegó a viejo actuando alrededor de 1987. Yo estuve toda la vida con Bob Hope y sus payasadas, y con los años, perdió a su personaje divertido y feliz y se convirtió en un viejo malo y desagradable. Y entonces, llegaba a ser cruel conmigo, no quedaba nada de divertido en él.
Era sólo realmente viejo y malo.


EL TÍO CHARLIE

Conscientemente a espaldas de mis padres, yo estaba en contacto cuando era necesario con mi "tío Charlie". Él me acompañó en muchos asuntos cuando yo era una niña, incluso a Europa. A menudo eran arenas donde los elitistas del control mental se reunían para compartir sus últimas creaciones. En estas reuniones, salía en una rampa del brazo del tío Charlie. Yo era "la última tecnología humana", y todos los "tíos" estaban allí para mostrar sus "mercancías". Era un desfile de moda de todo tipo por eso le decían "los niños asistentes". Los hombres de la audiencia tenían pequeños carteles y levantaban ciertos números para diferentes cosas. Creo que eran como jueces. No creo que quisieran comprar porque alguien ya lo había hecho. Mientras me presentaban, un hombre anunció que ya había sido vendida a: "... un hombre digamos que muy divertido, llamado Bob Hope. Le conocéis?" Y todos en la audiencia se rieron.

Cuando le pregunté al tío Charlie por qué estaban allí aquellas personas y qué estaban haciendo, dijo. "Este es un espectáculo de Cadillacs y tu, querida", me cogió de la barbilla, "eres mi Cadillac".
"¿Que yo soy, qué?" Le pregunté con mucho entusiasmo, enderezando mi vestido de satén azul y empujando la falda que seguía apareciendo en el otro lado debido al cerco alrededor de la parte inferior.
"Un coche", respondió. Cuando yo hacía preguntas, él decía grandes palabras que también utilizaba para describírmelo "Vaya, eres precoz, ¿verdad? Bueno, es hora de que te vayas ahora", en ese momento otro hombre trajeado me cogió de la mano y me alejó.

Más tarde ese mismo día, cuando estábamos solos, el tío Charlie muy en secreto y con gran importancia me informó que él era mi padre de verdad y que mi padre no era mi verdadero padre, pero que me había adoptado para algunos fines muy específicos. Dijo que era mi destino, pero que yo tampoco sabía lo que significaba esa palabra, y no pregunté porque aún estaba bastante molesta por el hecho de que mi padre en realidad no fuera mi padre. El tío Charlie dijo que tenía suficiente dinero para cuidar de mí de la manera que yo merecía y que mi padre nunca tendría el dinero para hacer lo que él sería capaz de hacer por mí. Yo no entendía qué significaba todo esto entonces, pero él hizo que sonara bien. (Cuarenta años después gracias a mi constante búsqueda para reconstruir las realidades de mi vida, descubriría que Charles L. Horn era el dueño de la empresa Federal Cartridge, que más tarde financiaría la Olin Foundation, donde fue presidente.)

Cuando le pregunté al tío Charlie quien era mi madre él sólo asintió con la cabeza rápidamente y dijo: "No tienes, eso no importa". Parecía ocupado como si le estuviera molestando, interrumpiendo sus pensamientos o algo así. Supongo que no entendía las necesidades de una niña de mi edad. Así que seguí adelante y creé mi propia madre imaginaria. La creé para que fuera de una especie grande y feliz, y que hiciera grandes pasteles de manzana y galletas y todo tipo de dulces para comer en cualquier momento que quisiéramos. Era "la madre perfecta" para "Sharon".

Tal como yo lo entendía desde el otro lado de la estructura de mi personalidad, Charles L. Horn era el padre de Sharon - mi hermana gemela interior -. El tío Charlie me decía que quería que le dijera tío Charlie en lugar de padre porque tenía "... algunos contactos de negocios muy importantes que no entenderían que lo llamara padre, así que llámame tío Charlie". A menudo me presentaba a la gente como su sobrina, Sharon Weatherby. Sharon, la personalidad salvaje, es la que Bob Hope compró a tío Charlie y fue Sharon, la que fue entrenada para ser impresionante, inteligente, sexual, estar a gusto con la riqueza y los miembros de la familia de la élite. El tío Charlie, que vivía en Minneapolis durante los veranos y los inviernos en Scottsdale, decía que me quería, pero que no podía pasar mucho tiempo conmigo debido a los negocios, aunque sería una poderosa parte de mi vida.

El tío Charlie me presentó físicamente en Henry Kissinger un día en un parque herboso abierto cuando era muy pequeña. Apreté la mano de Henry y el tío Charlie Henry me contó que era mi "tío Henry".
Así que, como Sharon Weatherby, empecé a tener una nueva familia que sólo siguió creciendo y creciendo, añadiendo "tíos" aquí y allá y en todas partes.


HENRY KISSINGER

Cuando era pequeña, con el pelo cortado corto tipo duende, Henry Kissinger me llamaba a casa por teléfono. En aquellos días, las personalidades que habíamos creado con y para él pensaba que eran graciosas. Él establecía los tiempos de conexión al decirme de antemano, "ven a la esquina a las 7:00 pm" y esto significaba tienes que estar en la esquina del escritorio del armario de la cocina de tu casa a las 7:00 pm para contestar el teléfono. Y por supuesto, yo estaba las 7:00 pm y cuando él llamaba yo descolgaba el teléfono realmente tan rápido como él me había indicado que lo hiciera. Henry, que me llamaba "Susan" en vez de "Sharon", entonces decía, "Hola Susan, ¿como estás esta noche? Sólo estoy haciendo una prueba".
"Oh, hola," decía yo mientras sonreía y me retorcía el pelo corto.
"Ya puedes colgar ahora, sólo te estaba poniendo a prueba". Así que colgaba y me iba a jugar en mi habitación. Henry estaba a menudo en contacto conmigo. Creo que él había estudiado un montón de psicología así que sabía cómo controlarme mejor. Utilizaba medios psicológicos positivos, porque decía que creía que funcionaban mejor.

Mi madre decía: "¿Con quién estabas hablando?" Llevaba el vestido rojo de Navidad y zapatillas.
Todavía tenía el pelo de color castaño.

Yo me encogía de hombros y decía: "Con nadie", ya que debido a estar ya bajo programación, mi diaria personalidad consciente normal no albergaba la experiencia telefónica con Henry Kissinger. No estaba mintiendo, el evento era registrado por una personalidad diferente a la que interactuaba con mi madre. Henry podía llamar en cualquier momento y "cogerme". Cuando lo veía en persona siempre decía enseguida, en una tonta voz burlesca mientras extendía la mano y me hacía cosquillas "te cogeré". Lo que me cambiaba a la personalidad que él quería y de esta manera él accedía a ella, o "me cogía".

Henry creó un grupo de personalidades para ser vecinos míos, "el hijo de Joe y de María". Le dijo a la gente que era un experimento que estaba realizando para ver si una persona podía ser educada de dos formas desde dos perspectivas diferentes para ver cómo actuaban realmente las influencias físico / genéticas, ya que ambas personalidades y mentalidades compartían el mismo cuerpo físico y estructura genética. Era un experimento controlado sobre el papel que juegan el entorno y el comportamiento frente a la genética en el Coeficiente Intelectual. Querían ver qué tan fuerte podía ser la mente - si eso era el factor primordial. Estaban intentando ver si haciéndote creer que eres de la élite y el ser criado como uno de la élite aumentaría tu Coeficiente Intelectual o si un niño común tendría el mismo coeficiente intelectual no siendo tan estimulado. Susan era la parte común de la experiencia del experimento, el control, y Sharon, la contraparte de la personalidad de la gemela interna, era la élite. Más información sobre esta programación gemela en el siguiente capítulo.

Henry Kissinger me dio instrucciones para comer, determinados mañanas, cereales con forma de letras y hacer unos ejercicios mentales que él me había dado. Por ejemplo, tenía que ordenar el alfabeto con las letras de la caja y alinearlo sobre la mesa de la cocina. Después me tenía que poner un trozo de cereal en forma de 'a' en la lengua y después coger un espejo y mirarla en el espejo. Tenía que hacerlo con 20 letras del alfabeto hacia atrás y 20 hacia adelante, mientras miraba al espejo. Normalmente sólo eran 20 porque a menudo algunas letras habían desaparecido de la caja de cereales, de modo que Henry decía que lo hiciera sólo con 20. No sé por qué tenía que ponérmela en la lengua y luego sacar la lengua con la letra y mirar al espejo, pero lo hacía sólo porque Henry lo había dicho. Mi madre se enfadaba conmigo porque decía que tenía que comerme el desayuno y no jugar con él, pero ella no entendía mi necesidad de formación. Henry decía que era inculta e ignorante, y que él me estaba haciendo un genio. Yo no sabía qué significaba eso. En otras ocasiones, había que enfocar la vista en una aguja que estaba clavada en la parte superior de la goma de un lápiz y seguirla adelante y atrás, arriba y abajo. Y aprendí a cruzar un ojo dejando el otro mirando adelante. Todo esto se hacía en preparación de mi posterior uso como "archivo mental" de Henry.


OTRA CONDICIÓN

Siguiendo instrucciones, mi madre me llevaba a "reuniones" en casa de una señora de la iglesia que vivía detrás de la iglesia. El propósito de estas reuniones era instruir a mi madre sobre cómo "entrenarme".
Daba instrucciones sobre maneras de castigar y abusos para hacer en casa si yo no hacía lo que estaba "prescrito". Los castigos incluían estar encerrada en un armario oscuro durante largos periodos de tiempo, teniendo el alimento retenido a veces durante un día o dos, darme una bofetada en la cara o quemarme con un cigarrillo si me resistía a cualquiera de las reglas. A menudo abusaba de mí de estas formas, ya que mi madre llevaba a cabo su propio programa de enseñanza, a pesar de mi "buena conducta".

Me enseñaron a escribir hacia atrás a los cuatro años, porque mis programadores habían oído que sería más inteligente si me veía obligada a utilizar ambos lados del cerebro. Además, me dieron ejercicios especiales para los ojos para llevarlos a cabo varias veces al día. Empecé ballet a los cinco años y soporté durante años las clases de una pervertida profesora llamada Madamme Olga. Los episodios de rituales sexuales y traumas fueron entrelazados en las clases de baile. A veces la clase de ballet entera era abusada detrás de su escuela de danza que estaba situada justo al lado de Topanga Canyon Boulevard, en Woodland Hills.

Mis dentistas, los hermanos Phillips, también tenían una clínica dental situada en Topanga Canyon Boulevard, en la esquina de la escuela de ballet. Actuaban con independencia de la iglesia, pero al ser amigos de mi padre, participaban en mi "preparación" torturándome con afilados instrumentos odontológicos perforándome los dientes y los expuestos nervios que sobresalían sin el uso de novocaína.
¿Quién podía saber entonces que, cuando crecí y me casé, mi "elegido" marido sería el primero "de la fila" en adoptar estas exitosas prácticas odontológicas, que es lo que ocurrió.

Tras comenzar en la guardería, mi madre me informó que un grupo de personas de la Iglesia del Primer Bautismo (First Baptist Church) dejarían la iglesia y formarían una nueva iglesia llamada la Primera Iglesia Presbiteriana (First Presbyterian Church) de Woodland Hills. Al principio, la iglesia se reunía en mi escuela primaria, mientras esperábamos la nueva iglesia que se debía construir en la avenida Platt. El nombre de nuestro nuevo ministro era Rev. Alden McKelvey, y nada parecía cambiar mucho, excepto que el ministro tenía un nombre diferente, teníamos un edificio más grande, y más gente involucrada ahora.

La escuela era una especie respiro, pero incluso allí, no siempre me libraba del abuso. Al comenzar el primer grado, me sacaron de la clase de la Woodlake Avenue Elementary School (situada a un kilómetro y medio de la iglesia), para asistir a los 'ensayos del coro' en casa de la directora del coro de los niños a una manzana de distancia de la escuela. Su nombre era señora Rebecca Muir. En su casa, junto con el ensayo de canciones de iglesia para actuaciones en servicios dominicales de la iglesia, estuve entrenada para realizar y participar en rituales y me vi obligada a participar en películas de pornografía infantil cuando un grupo de hombres entraban en su casa y se encargaban de ello. Pornografía Snuff donde niños pequeños o bebés eran asesinados también se filmaban en su casa. Al igual que las otras mujeres involucradas, la Sra. Muir, públicamente, una mujer humilde, gentil, cumplía lealmente las órdenes de aquellos hombres.

Un día, poco después de volver a la escuela de casa de la señora Muir, me fui directamente a la oficina de la directora de la escuela. Su nombre era Sra. Stella Greer. Por alguna razón desconocida, las amenazas de muerte que me habían hecho no lograron conscientemente mantenerme en silencio y mantenerme en la personalidad que acababa de presenciar la pornografía, y le dije todo lo que me había visto obligada a hacer en el ensayo del coro. Yo había visto a la señora Greer hablarnos con severidad a nosotros los niños en las asambleas y sólo sabía que era una persona de gran poder que sería capaz de detener que la gente mala nos hiciera daño a todos nosotros, los niños. Pero su respuesta fue suficiente para reforzar todo lo que mis abusadores habían amenazado a través de mis años jóvenes. Nunca lo olvidaré. El rostro de la señora Greer se puso rojo de ira mientras airadamente negaba con el dedo, advirtiendo severamente en términos muy claros, "Señorita, no quiero volver a escuchar esa basura saliendo de su boca.
Deje de inventarse estas historias de terror y vuelva al aula de clases donde pertenece!"

En ese momento, me di cuenta que lo que mis abusadores decían era verdad. Nadie me ayudaría. La gente pensaría que estaba loca si lo decía, y yo no tenía "dónde ir, ni dónde esconderme". No podría sobrevivir sin ellos y no había nadie para ayudarme, tal como habían dicho. Estaba atrapada. ¿Por qué esta mujer adulta, la directora de mi escuela, no pudo lógicamente preguntarse cómo una niña de mi edad podía tener conocimiento de o saber semejante lenguaje pornográfico adulto, parecer ser que nunca cruzó su mente.

Nuestro pediatra, el Dr. Cusack, ubicado en Ventura Boulevard, en Woodland Hills, participó suturando mi vagina cuando fue desgarrada por el abuso, y me cuidaba de otra manera cuando el abuso era físicamente demasiado obvio. Cuando solicité mi historial médico de la infancia hace varios años me dijeron que el Dr. Cusack había salido fuera del estado y que todos sus archivos habían sido destruidos.

En casa, en los atardeceres, mientras mi madre iba a recoger a la abuela en el trabajo en la Lockheed de Santa Mónica, y en mitad de la noche, mi padre continuaba con su propia forma de tortura; violándome, sodomizándome, filmándome pornográficamente con mi hermano, sumergiéndome en la bañera o en la piscina hasta que estaba a punto de morir, torturándome extensamente en su taller utilizando los equipos de soldadura para darme electrochoques insertándomelos en la vagina, y dejándome afuera toda la noche sola durante las tormentas. También ocultaba cadáveres debajo de la casa para sus enfermas perversiones. Me torturaba y "entrenaba" en el sótano de su casa por las noches antes de la cena, y me encerraba en cajas y me dejaba allí durante largos períodos de tiempo, a menudo con partes de cuerpos de los cadáveres que guardaba. Una noche me llevaron a un cementerio y me obligaron a ver cómo desenterraban un ataúd, lo abrieron, me obligaron a meterme dentro y lo volvieron a enterrar. Me separé en más personalidades. Un solo desdoblamiento de personalidad no fue suficiente para afrontar este trauma.

Un sábado mi padre nos llevó a mí y a una de mis muñecas hacia el viejo refrigerador que había en el rincón de nuestro garaje. Rápidamente, me empujó dentro y cogió mi muñeca rubia, le rogué, desesperadamente aferrándome a su camisa: "¡No padre! Por favor, no lo hagas".
Alejando a golpes mis manos, mi padre me regañó: "Ahora, le demostrarás a tu padre que eres una gran chica. Si intentas salir", se arrodilló a mi lado: "Tu padre tendrá que golpearte". Cerró la puerta y yo podía oírle precintándolo con la cinta aislante negra que usaba para infinidad de cosas mecánicas. Cuando llamaba desde el interior de la fría nevera, mi padre furioso golpeaba la puerta, llamando para que me callara.

Petrificada dentro de la oscuridad, en el reducido cubículo, escuchaba cualquier ruido que pudiera indicar que mi padre estaba abriendo la puerta para ponerme en libertad. Prevalecía un ominoso silencio.
Sintiendo un frío insoportable y sin poder coger aliento, noté la intervención de tres seres etéreos, transparentes aunque brillantes, ángeles de un color azul místico que de repente se materializaron fuera de la nevera y parecían llegar a través del frigorífico para infundirme energía para mantener la vida. En un estado trascendental, era como si estos ángeles mientras yo estaba en una suspendida animación me dejaran su energía vital.

Algún tiempo después, cuando mi padre vino a soltarme, probablemente pensando que, como todas las otras veces que me había llevado cerca de la muerte, surgiría fragmentada e incluso agradecida por haberme salvado, al comprobar el pulso en el cuello, y no encontrarlo, le entró pánico. Llevó mi cuerpo inerte atravesando el garaje y me puso sobre su banco de trabajo. "Ahora la he liado, maldita sea", oí decir a sí mismo a mi padre desde fuera de mi cuerpo. "He ido demasiado lejos y la he matado, ¿qué haré ahora?
"Rápidamente metió mi cuerpo sin vida en una bolsa de basura de plástico negro, la ató, me sacó por la puerta lateral, y me dejó en el sótano bajo la casa.

Los ángeles rescatadores reaparecieron y me comunicaron telepáticamente que no era hora de dejar a mi familia, que tenía que volver a mi cuerpo y subir a cenar. Sin que mi padre lo supiera, aun me quedaba una chispa de vida, y Dios, conocedor de que Su plan para mi vida aún no se había completado, me avivó la chispa hasta que volví a la vida. Cuando me reuní con mi cuerpo, todo me dolía y me sentía como en una enfermiza pesadilla, pero me arrastré fuera de la bolsa, me tambalee hasta salir fuera de donde me había arrastrado y caminé en un estado disociado, hacia la casa donde mi familia estaba cenando. Mi padre me miró como si hubiera visto un fantasma y mi madre, sin darse cuenta de ninguna de las "incidencias" del día, sonrió y me dijo que me sentara a comer.

El trauma y la tortura eran interminables, ocurrían casi cada día y cada noche de mi infancia. Las torturas eran tan numerosas que sería necesario un volumen separado para relatar todas las que he recordado hasta ahora. Dejar mi cuerpo preparado para "disociarme" del dolor y continuar creando personalidades independientes, a menudo al lado de personalidades intencionalmente creadas por mis abusadores para su propio uso, era la manera en que mi mente me mantenía con vida para funcionar en el mundo del día a día.

Tenía dos mundos: un mundo secreto en el que yo vivía y conocía sólo cuando me desencadenaban en su interior, y un segundo mundo, consciente, 'Normal' de experiencias cotidianas. Estos mundos se mantenían separados mediante el uso del trauma y la programación. Yo era de mi padre y de proyectos de futuro de otras personas. Una inversión que le proporcionó el acceso a información de alta tecnología hipnótica, seguridad financiera, y probablemente más inmunidad contra el enjuiciamiento por cargos relacionados con la pedofilia, la prostitución infantil y la pornografía infantil.

"Él enviará a sus ángeles cerca de ti, para que te guarden en todos los caminos. Te llevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece con la piedra" -. Salmos 91:11-12






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