GRACIAS POR LOS RECUERDOS / Capítulo Seis: JFK y el servicio sexual

Durante una demostración de alto nivel de tecnología disponible para aquellos que estuvieran dispuestos a unirse a las filas, Henry hizo una magistral presentación de diapositivas de la tecnología del control mental. Me senté en la habitación en penumbra "aparcada", con la mente consciente aparentemente bloqueada por la información, pero llevando a cabo la orden de mi maestro de grabar cuidadosamente todo lo que sucedía a mi alrededor. Primero Henry lanzó una diapositiva de mí en mi vida normal en California.
Dijo: "¿Quién en su sano juicio creería que esta joven tenía relaciones sexuales con el Presidente de los Estados Unidos?" Los hombres estuvieron de acuerdo. Luego siguieron una serie de diapositivas de mí en formato artístico, vistiendo formalmente y con diferentes disfraces. Los hombres se sorprendieron con la diferencia.

Muchos hombres fueron llevados a la causa simplemente porque buscaban su propia fortaleza y tener sus propios robots para hacerles el trabajo o crear sus placeres: Al principio se les daba sólo trozos de información de una vez, para determinar si cooperarían. Después se les daba un poco más de información para probar las aguas, para ver si estaban preparados para dar el golpe final. Generalmente se hacían docenas de reuniones a niveles superficiales antes de que cualquier información real fuera dada y sólo era liberada cuando los hombres estaban "profundamente comprometidos", significaba que tenían que estar ellos mismos o comprometer a su familia si se retiraban en un momento dado.

Al principio, cuando Henry estaba cultivando mi relación con JFK y asegurándose de mis garantías de seguridad, no me llenaba gran parte de la agenda, excepto para dar un "tratamiento real" a JFK, lo que significaba tanto como un compendio de posiciones y favores sexuales de parte de Bob (Hope). Henry me dijo que tomara buena nota de todo lo que decía y hacía JFK para reuniones posteriores. Henry tenía un desafío con JFK, porque como él decía, "es tan maldito auto-iniciador", y así Henry no podía dejarme llevar la iniciativa, de manera que dejaba caer comentarios destinados sus propios fines encubiertos. Así que al principio, por un tiempo sólo me dejó estar con John F. Kennedy para que se acostumbrara a mí y Henry decía, "Entonces se abrirá inevitablemente un plan".

Kissinger no pasaba demasiado tiempo con JFK. Hablaban, pero era como si estuvieran "...en polos opuestos y repeliéndose constantemente entre sí", decía Henry. Pero Henry, y especialmente Bob liderando, llegó hasta JFK y allanó el camino para mi aceptación. Una vez llegamos, entonces Henry empezó con las estrategias pesadas. Esto es lo que sucedió después de que empecé a tener relaciones sexuales con JFK. Henry dijo: "Los archivos mentales se crearon para deleitar al joven presidente". Como Kissinger ya contaba, JFK era un romántico y parecía ponerse al día con muchos de los mensajes que yo le enviaba. Los mensajes le hacían sentir bien y Henry quería que él se sintiera bien y poderoso conmigo. Yo estaba dando mensajes de alto nivel del Consejo creados por Bob y Henry, que Henry me inculcaba para entregar a "John-Feeee", que es como yo le llamaba. Tenían una guerra en marcha con JFK, una gran guerra que había de influir no sólo en América, sino también en el clima internacional.

Era tan común para los dignatarios extranjeros, jefes de estado, senadores, diputados, gobernadores y otros líderes, subirse al "Tour" del Monumento a Lincoln (Sexo Oral), como lo era conseguir que les lustrasen los zapatos en los hoteles locales. De hecho, este fue uno de los chistes que se me enseñó a contar para conseguir que un hombre se relajara. Estaba programada para decir: "¿Quiere tu zapato enlustrado?"
Entonces les bajaba la cremallera y empezaba. Hubo un montón de hombres que después todavía querían más servicios, pero me ordenaron que se los enviara a mi jefe.

Atendí a muchos hombres en este tan llamado servicio de transporte durante tantos años de mi vida que deberían haberse llenado con la escuela primaria, secundaria y actividades universitarias extra-curriculares de mi propia elección. Los elitistas con los que trabajé tenían un suministro interminable de esclavos que mantenían el servicio de transporte turístico funcionando regularmente. Yo no estaba realmente haciendo giras, sólo hacía sexo en la limusina. Los hombres se sentían seguros y protegidos de la exposición pública colocados en la parte de atrás de la limusina, ya que no se les podía ver debido a las ventanas de seguridad. Tenían privacidad cuando salían de la limusina porque no quedaban expuestos. Los agentes de seguridad esperaban siempre la llegada de la limusina de traslado para abrir la puerta y hacerlos salir cuando "estaba despejado", para a continuación, transferirlos inmediatamente a su propia limusina personal para que nadie pudiera detectarlos.

Hubo momentos en que Henry tenía un conductor que nos llevaba del DC a su oficina de Nueva York. Trabajaba conmigo en el asiento de atrás después de decirle al conductor: "Estaré ocupado trabajando y no quiero que se me interrumpa". Así que el conductor cerraba la ventana entre los asientos y Henry me interrogaba y tomaba notas incompletas, dibujaba esquemas y planos, yo mientras tanto hablaba o él me tocaba con el dedo en la frente y comenzaba a cargarme para futuras misiones. Gran parte de nuestro trabajo se llevó a cabo así yendo entre sitios generalmente antes o después de haber sido utilizada en la Casa Blanca o en otros lugares. Era práctico, así como una medida de seguridad, ya que podía dar cuenta de su tiempo pasado conmigo diciendo: "Estaba camino de Nueva York o del DC", o donde fuese, y como yo estaba al mismo tiempo en el mismo camino que estaba Henry siempre todo era muy eficiente, y ocultaba su actividad y conexión conmigo. Para Henry el uso eficiente de su tiempo lo era todo. Me dijo:
"Cuando la gente pueda dominar su uso del tiempo, tendrán el secreto del éxito". A menudo hablaba y hablaba conmigo sobre sus ideas, eventos y gente, utilizándome como una caja de resonancia, completamente seguro de que yo no podría romper la necesaria programación de seguridad para recordar sus conversaciones.

Henry decía que yo era mucho más que su eficiente secretaria, que era una "diplomática extraordinaria". Me puse un vestido de lana marrón tostado, hecho a medida por mi madre, en mi primera reunión en la Unión Soviética. Henry me enseñó después que la Unión Soviética, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Rusia, básicamente, significan todas lo mismo. También me dijo que mi madre siempre estaba conmigo dándome fuerza y madurez, y que yo podía sentirme conectada a ella ya que llevaba el vestido que había hecho para mí. Supongo que estaba emocionalmente necesitada de ser mayor de 10 años, mi edad real en ese momento. Así que él me reforzaba el madurar ligándome mentalmente con mi madre. Era curioso, porque cuando llevaba unos pantalones de lana o una chaqueta de lana, no dejaba de rascarme. Y no importaba las veces que Henry me sugestionase hipnóticamente, "no te pica, el material es suave y liso para tu piel", todavía picaba. Así que mi madre me hacía todo lo que podía que fuera de lana.

JFK montaba regularmente al "tour" sexual del L.M. y mientras yo estaba de rodillas él me daba palmaditas en la espalda y decía: "Tú seguro que ascenderás". O, "Seguro que llegarás a algo cuando seas mayor, chica". Le gustaba el sexo oral a la hora de comer y los agentes del servicio secreto montaban delante con el conductor de la limusina y el regañaban de una manera real, cuando decían, "...afloje que está anulando la Seguridad Nacional, señor".

Para calmar a los descontentos agentes del Servicio Secreto, Jack les decía riendo, "Relájense, merezco un almuerzo relajante, eso es todo". Todavía puedo recordar su acento con toda claridad.

JFK fue muy valiente. Incluso me colaba en la Casa Blanca a "la hora de comer". A veces había otra esclava sexual conmigo y cuando entrábamos en la habitación él decía: "Sólo estamos promoviendo tu formación para que seas de primera categoría, cuando crezcas". Él me enseñaba: "Al hombre le gusta que una mujer sea sexualmente agresiva. Mi mujer no me satisface. Ella sólo yace de espaldas y espera. Pero a un hombre le gusta una mujer que se haga cargo". Entonces él se tumbaba y esperaba que nosotras dos le estimulásemos, momento en el que se convertía en un animal. Jack decía que me estaba entrenando para el futuro. Yo no sabía que quería decir. Decía que estaba sirviendo a mi país satisfaciendo las necesidades de su líder. Él decía: "Al aliviar mi estrés me ayudáis a tomar mejores decisiones". Me tocaba la punta de la nariz, y continuaba, "Señorita, tu eres muy importante para nuestra nación". Yo acababa de dejar de utilizar los correctores dentales.

JFK tenía el cuerpo delgado y musculoso y el pecho peludo. Hacía ejercicio en la máquina de remos. En una ocasión cuando estábamos tumbados en la cama, me dijo: "Sabes, los dos tenemos el mismo tipo de dientes". Alargué la mano y se la metí en la boca para notar sus dientes y tenía razón, ambos teníamos los dientes grandes - sólo que los suyos eran más cuadrados.

A JFK también le gustaba el sexo anal, al igual que a su hermano Ted. Después de saber que había estado con Ted me preguntó qué era lo que realmente le gustaba a su hermano. Cuando le conté que me hacía daño, sólo sacudió la cabeza y dijo: "Nunca he podido entender qué le pasó a mi hermano. Los dos hemos tenido los mismos padres, pero hemos ido a diferentes internados y hemos tenido amigos diferentes". También explicó que no habían visto a menudo sus padres y que su familia tenía tanto dinero que eligieron la escuela que más convenía a sus hijos y les envió allí. Entonces, según explicó, no había muchas interacciones familiares. Dijo que se sentía muy solo cuando era pequeño, que estaba más cerca de las criadas y niñeras que de sus padres. Dijo: "Públicamente el clan de los Kennedy parecía ser una familia muy unida, pero yo nunca veía a mis padres, excepto los días festivos cuando se reunían a Hyannisport y sus hijos veníamos en avión desde nuestras respectivas escuelas para reunirnos. Era más como reencontrarme con desconocidos que reunirme con mi familia. Todo el mundo estaba incómodo y realmente no teníamos nada de qué hablar. Me iba en un barco que había y pasaba horas solo, jugando solo.
También estaba separado de mis hermanos porque ninguno de nosotros habíamos nunca vivido juntos de manera que cuando nos encontrábamos ni nos conocíamos. En general, al final de las vacaciones, éramos de nuevo amigos - como hermanos de verdad - pero entonces era el momento de volver a nuestras respectivas escuelas y todo volvía a empezar de nuevo". Y añadió: "No sé por qué te digo esto, tú sólo eres una niña y seguramente no lo acabarás de entender". Con una mirada tímida y vulnerable dijo, " Siento haberte contado todo esto".

Dije sonriendo: "Está bien". Parecía que sólo el hecho de escucharles y no decir nada, hacía que aquellos hombres se sintieran bien. Todo lo que realmente querían era que alguien les escuchara de verdad.

JFK nunca me hizo ningún daño físico. No era violento, sólo sexualmente agresivo, pero nunca brutal como su hermano Ted. A JFK le gustaba todo tipo de sexo. Le gustaban las cosas variadas, nada de rutinario. Se aburría fácilmente y siempre preguntaba por cosas nuevas. Tuvimos sexo en muchos lugares.
Era osado a la hora de asumir riesgos... cuanto más arriesgado mejor. Incluso hicimos sexo en un baño público en algún lugar en Washington DC. En aquellas ocasiones, los agentes del Servicio Secreto se enfadaban doblemente con él. Se volvían locos y le decían, "Podemos perder nuestros puestos de trabajo cuando desaparece haciendo una de sus pequeñas acrobacias". Y estaban realmente molestos, sudando y nerviosos porque según contaban, habían estado corriendo por toda la ciudad buscándole donde él los había despistado. Jack sólo les decía que se relajaran, que él estaba bien y que ellos aún tenían sus puestos de trabajo.

Salía a caminar de noche al atardecer con John F. Kennedy en Washington DC. A veces, los cerezos estaban en flor y olían muy dulce. Los agentes del Servicio Secreto nos seguían de cerca. Parecían irritados por tener que estar al servicio de JFK porque era muy poco cooperativo e impredecible. Caminábamos por un río o un canal de agua. Él disfrutaba realmente de la noche y decía que el ejercicio le hacía bien. Los agentes del Servicio Secreto se quejaban del cansancio y odiaban tener que levantarse a las 1:00 o 2:00 de la mañana para salir con él. Pero cuando el presidente salía, ellos tenían que ir con él. No sé dónde estaba Jackie, pero no siempre estaba en la Casa Blanca las noches que Jack me llevaba a escondidas a su habitación y, supuestamente, nadie sabía que yo estaba allí. Como he dicho, le gustaba correr riesgos.

A veces tenía dificultades para entender exactamente lo que Jack estaba diciendo a causa de su acento y en otras ocasiones, no era capaz de oírlo durante un rato por el ruido del helicóptero o avión con el que estábamos volando. Se me tapaban los oídos, como si llevara orejeras.

Me sentí muy vieja a pesar de mis pocos años, pero entonces yo ya estaba físicamente totalmente desarrollada estaba en quinto grado (tenía diez años). Las personalidades que fueron creadas para estar con JFK las hicieron para que fueran más grandes y más maduras que mis años reales.

Durante mis años en la Hale Jr. High School hubo momentos que Henry Kissinger me pre-programaba y me enviaba con un mensaje para entregarlo cuando me estaba prostituyendo a JFK. Yo era una animadora y era constantemente prostituida a los chicos del entrenador. Tenía un grupo de amigas que formaban parte de mi Tropa de Chicas Guía y una de mis amigas se llamaba Beth. No se me permitía nunca ir a fiestas con jóvenes, pero me iba un montón de veces a dormir a casa de alguna amiga. Muchas veces no terminaba quedándome toda la noche, porque tenía que salir, arrastrando los pies, hacia una cita rápida en la Casa Blanca o Massachusetts o allí donde los altos mandos querían que yo fuera para estar con JFK.
Yo le llamaba "John-Feeee" (pronunciado "John F.E."). Craig era el "presidente" de la Comunidad Estudiantil y podría haber sido una tapadera para mi uso presidencial en la Casa Blanca.

La madre de Beth era una atractiva mujer rubia menuda y casi nunca estaba en casa. Creo que su padre era piloto y quizá su madre azafata, pero estaba fuera la mayor parte del tiempo. Bet tenía hermanas mayores, y eso contaba de cara a los adultos ojos de mi protectora madre, por lo que me permitía pasar la noche cuando la madre de Beth no estaba en casa. Un día fui con Beth de la escuela a casa, porque ella vivía muy cerca de Hale. Hicimos un poco de lío y pusimos discos, y luego, de repente, me encontré mal y le dije que quería irme a casa. Ella dijo que su madre no estaba para llevarme y que no quería que me fuera a casa, pero yo marqué un número desde su teléfono de la cocina y un taxi de cuadros amarillos llegó a la casa y me recogió. Beth me siguió llorando hasta la puerta y dijo: "¿Quieres que llame a tu madre?"
"No es necesario, estaré en casa en un momento". Le entregué al conductor una nota que tenía en la bolsa de viaje y él arrancó. Fui al LAX. El aeropuerto era muy pequeño entonces, pero todavía ajetreado los viernes y los fines de semana con una gran cantidad de tráfico. El conductor me dejó delante de la TWA y me preguntó si necesitaba ayuda. Le dije que no, que estaba bien. Me acerqué al mostrador y dije
mi nombre a la mujer, "Sharon Weatherby", y ella tenía un billete reservado para mí. Me preguntó si sabía dónde ir y me señaló en dirección a la puerta.

Normalmente volaba con la TWA, la United, o con la Continental en vuelos nacionales - no internacionales - y tenía incluso un pequeño pin con alas, que un piloto que me conocía me había dado porque decía que yo era una azafata honoraria. Tenía relaciones sexuales conmigo camino de vuelta de las asignaciones, pero nadie hacía sexo conmigo antes de JFK. En general eran pilotos de líneas aéreas comerciales "regulares", lo que significaba que me conocían y tenían instrucciones de mantenerme bajo su ala. A veces ayudaba al piloto durante el vuelo, pero normalmente me iba a dormir a primera clase. Creo que uno de estos pilotos podía haber sido incluso el padre de mi amiga, y le dijo que me vigilara. En general me acurrucaba en primera clase y dormía durante el largo vuelo. Cuando llegaba al aeropuerto de
DC, me encontraba con gente diferente. Aquella vez se trataba de una señora rubia con un uniforme que me acompañó hasta una limusina negra que esperaba, abrió la puerta trasera para que yo entrara y me puso mi bolsa al lado. Esto fue antes de conocer a Craig, así que tenía once o doce años, continuó hasta los veinte y cinco.

No me llevaron directamente a JFK, sino que me trasladaron a la zona donde operaban el "Recorrido por el Lincoln Memorial" (ruta del sexo oral). Una limusina se detuvo y me metieron en la parte trasera. Una vez en el interior vi que "John FEEE" ya estaba, me dijo hola y me empezó a hacer cosquillas.
Jugó conmigo y se burló mucho de mí. Entonces me atrajo hacia él y dijo: "Ahora es momento de ponernos serios". Y empezó a besarme, a meterme la mano dentro de la camisa y a tocarme los pechos. Luego me desabrochó el sujetador, me quitó la camisa y empezó a chuparme los pezones. Dijo que realmente lo tenía difícil para ver pechos jóvenes firmes, y me rodeaba los pezones con los dedos. No me gustó verle el anillo de bodas en la mano mientras me estaba haciendo todo esto, porque incluso bajo control mental, sabía quién era su esposa. Henry me había dicho que la emulara y me sentí mal... aquí estaba aquella hermosa mujer inocente, y yo estaba teniendo relaciones sexuales con su marido y había un sentimiento de culpa - incluso bajo el control mental.

Ese día, John F. Kennedy tomó la iniciativa sexual y le gustó estar al cargo. Antes de cerrar la ventana y dejarnos solos, el conductor le dijo: "Jack, ¿no crees que deberíamos conectarnos de nuevo con tu seguridad?". Que significaba el Servicio Secreto.

JFK dijo: "No, Demonios no. Merezco tener una vida". Y así dimos una vuelta por la ciudad, mientras "John-FEEE" se acaloraba - chupándome y lamiéndome por todas partes y yo le hacía una "previa" del próximo evento a base de sexo oral, dando marcha atrás justo antes de su orgasmo. Le encantaba lamerme el vientre diciendo: "Me gustan las panzas jóvenes, firmes". y la mía le gustaba especialmente, porque decía que estaba tan bronceada. Me decía que tenía un "bronceado dorado".

Después de un rato, JFK dio un golpecito en la ventana interior de la limusina para llamar la atención del conductor y le dijo: "Para aquí".
El conductor dijo: "¿Aquí, señor?"
JFK ordenó: "Sí", abrió la puerta, me cogió del brazo y me llevó a ese pequeño motel. Él ya tenía la llave de una habitación y se fue derecho hacia ella y abrió la puerta. No era un lugar muy agradable, pero dijo que nadie nos buscaría allí, que "ciertamente nadie vendría a buscar al Presidente en un lugar como este", y luego se puso a reír, encendió un cigarrillo y se sentó en la mesa pequeña y las sillas. Tomando una bocanada de su cigarrillo me dijo que quería hacer un descanso para "disfrutar de la vista", e indicó que yo tenía que quitarme la ropa delante suyo.

Poco a poco, empecé a quitarme la blusa y la falda, después el sujetador y las medias de nylon ligadas al liguero de encaje y las bragas. Llevaba unas blancas lisas y por alguna razón a él le gustaban, así que Henry me las ponía con él. Entonces me metí el dedo en la vagina, mientras tenía una pierna apoyada en la cama y con la otra me sostenía. Después me meterme los dedos en la boca y fue entonces cuando él se levantó, se acercó y me dijo: "Eres una gran provocadora".

Sonreí seductoramente, él me rodeó con sus brazos y me abrazó durante un largo rato y después cuando se echó atrás empecé a desabotonarle la camisa. Estaba un poco rígida como si estuviera muy almidonada y luego le acaricié el pecho y el vientre y le hablé de cómo su pecho piloso y vientre duro me encendían. Me volví a poner los dedos en los labios. Dijo: "Me gustaría estar allí de donde ellos vienen".
Puedo recordar tan bien su acento. Me tendió en la cama después de quitar las sábanas y comenzó a hacerme sexo oral. Le dije como me ponía de caliente y empecé a moverme y a mover todo el cuerpo, mientras gemía. Dijo que le estaba mareando, se acercó y comenzó a besarme apasionadamente, duro, casi con rudeza. Después me penetró y se satisfizo. Acto seguido se apartó y me dijo: "Siento no poder quedarme más tiempo, pero tengo que volver". Entonces se vistió y salió por la puerta y dio un silbido. El conductor llegó hasta la puerta. Él salió y me abrió la puerta, y nos metimos en la limusina y nos fuimos. El conductor lo dejó en otra limusina con un grupo de agentes del Servicio Secreto todos hechos un manojo de nervios por no saber el lugar donde había estado. Cerró la puerta y se sentó entre ellos sin decir adiós, como si no me conociera.

Aquellos agentes estaban muy enfadados con él. Le podía ver moviendo las manos y hablando para calmarlos. JFK se escapaba a menudo de sus agentes del Servicio Secreto. Una vez oí decir a uno de ellos, "No sé cómo lo hace, un desliz y ya se ha ido".

El conductor puso la ventana de seguridad y me llevó directamente al aeropuerto. Cogí mi bolsa, me dejó salir y dijo: "¿Necesita algo, señora?"
Sonreí y dije: "No gracias, tengo todo lo que necesito". Fui a la taquilla y dije: "¿Tiene un billete a mi nombre? ¿Sharon Weatherby?"
Entregándome el billete el hombre sonrió y dijo: "Su puerta está en esa dirección".

Henry me hacía pensar en los números de las puertas como números de bolas de billar y todo lo que tenía que hacer era seguir la línea de números hasta llegar a la que correspondía al billete. A veces me perdía, pero siempre había alguien que me ayudaba, a menudo decían: "¿Perdone, señorita, se ha perdido?"

Yo decía: "Estoy buscando la puerta número ocho", y entonces ellos me indicaban la dirección. Al llegar al avión parecía como si siempre hubiera alguien allí vigilando y yo me volvía a dormir.

La sincronización de vuelta entre mi madre y yo tenía que ser perfecta y esta vez me llevaron a casa de Beth a esperar a mi madre en la acera.

El conductor dijo: "Siéntate aquí y espera, tu madre llegará en cualquier momento". Se apartó de la acera y se fue a estacionar allí cerca. Le vi que miraba hasta que mi madre me recogió. Ella siempre esperaba también, cuando me recogían cuando ella me dejaba a los sitios. Todo el mundo siempre se esperaba para asegurarse de que el cambio se había hecho y que estaba en las manos correctas.

JFK fue mi primera misión presidencial. Después de tener relaciones sexuales con Bob Hope en los años 50, un presidente joven no estaba nada mal. Sharon fue la personalidad programada para estar con JFK y debido a la realidad que se creó para ella, tenía mucho en común con él, como ser católica y de una familia de la élite. Una vez Bob se lo montó para que él pasara cierto tiempo conmigo en Key Biscayne.
Bob me llevó allí para cuidarlo, hacerle feliz y entretenido. Los agentes del Servicio Secreto se quedaban fuera. JFK comenzó a afeitarse y yo me senté en la mesa y le miraba. Reí y le abracé mientras él estaba parado frente al espejo con una pequeña toalla blanca alrededor de la cintura. Lamí la crema de afeitar de su oreja y luego metí los dedos en el resto de la crema de afeitar y la lamí. Gentilmente, me cogió las manos y se echó suavemente a reír mientras me explicaba por qué no debíamos comernos la crema de afeitar. Parecía crema batida, como cuando la probaba en pornografía cuando estaba siendo filmada, por error, se me disparaba la programación. "Lámelo y chúpalo, hasta que no quede nada, hum, hum que no se pierda ni una gota, o se te detendrá, el corazón así" Esto debería haber sido un error del programa porque no se suponía que debiera recitar este programa en voz alta; se suponía que sólo tenía que decirlo interiormente. Quizás JFK sabía cómo manipularme muy bien gracias a su hermana, que parecía como si fuera retrasada. No la dejaban salir mucho, y luego me alegré cuando ellos no la tenían en sus reuniones, porque yo no entendía qué tenía mal ella.

En aquellos tiempos, no se me permitía comer tanto azúcar como antes. Me dijeron que lo rechazara y que, cuando mi mano lo fuera a buscar, el azúcar se alejaría y no podría nunca conseguirlo así que debería dejar de intentarlo. Antes de esta programación yo estaba acostumbrada a comer toneladas de azúcar, de manera que se trataba de un ajuste importante. Además, mi madre solía enfadarse conmigo por no comer suficiente a la hora de comer, pero yo no podía, ya que así lo dictaba mi programación. Ella decía que yo no comía ni para mantener vivo un pájaro. Pero cuando trataba de comer normalmente enfermaba.

Las chicas católicas teníamos que actuar adecuadamente y Jack nunca tuvo ningún motivo para sentir vergüenza por mis acciones. Era valiente y agresivo y me hacía muchas cosquillas, a menudo hasta
que me caían lágrimas por las mejillas. Entonces me sentaba en la cama, me besaba las lágrimas y empezaba a tener relaciones sexuales conmigo. Decía que le gustaba mi pelo corto - que era elegante - y jugaba con los cabellos y me despeinaba. Acababan de peinarme, en aquel tiempo, yo ni siquiera sabía cómo hacerlo. Nunca tuve necesidad, mi peluquero personal, un amigo de la familia, venía a casa y me lo lavaba, cortaba, rizaba y peinaba.

Posteriormente, JFK y yo caminábamos desnudos, jugando como escolares, y cuando se hacía de noche caminábamos por la playa y los agentes del Servicio Secreto siempre andaban muy cerca. Los chicos no nos sacaban los ojos de encima. De vez en cuando me guiñaban un ojo si me giraba para mirar si aún estaban, cuando estaba a punto de hacer un movimiento hacia John - FEEE.

Una noche, Henry me dejó en la Casa Blanca para estar con JFK. No fui a su habitación, habíamos tenido relaciones sexuales en una habitación cerca de la cocina, donde había dos camas. Yo llevaba una corta blusa blanca entallada y unos vaqueros de cintura baja. Se me veía el ombligo y me dijo que le calentara. Se agachó y me lamió el "Punto desnudo" (bare spot), como él decía. Su pronunciación sonaba
divertida en un personaje consagrado como él a causa de su acento. Yo estaba bronceada y delgada, y me decía que le gustaba que mi estómago fuera plano. Decía que no había tenido ningún tan plano hacía tiempo y eso le calentaba. Después tuvimos un encuentro sexual rápido, tuve que darme prisa para encontrar mi ropa y salir rápidamente. Abrió la puerta y miró por el pasillo para ver si estaba despejado.
Entonces dijo: "De acuerdo, ahora". Y yo corrí por el pasillo hacia la puerta y bajé las escaleras porque Henry me esperaba en la limusina fumándose un cigarro. Normalmente decía algo despectivo sobre JFK y me decía que me abrochase bien los botones de la ropa. Mis pantalones acampanados tenían botones delante y si me agobiaba tenía problemas para conseguir abrocharlos bien. Siempre me saltaba algún botón.
Henry se miraba de arriba abajo los botones y me decía que los enderezase. Entonces yo los abrochaba correctamente. No pude evitar que se notara que JFK me había precipitado - Creo que le gustaba esta parte tanto como el sexo. Parecía gustarle la adrenalina.

Hubo otra noche en la que también nos fue por un pelo. Jackie estaba en el pasillo gritando: "¡Jack, Jack, Jack!" Mirando sorprendido, me agarró y me metió en el armario, hizo la cama y le respondió rápidamente antes de que abriera la puerta. Podías oír el sonido de sus zapatos doblando el pasillo del vestíbulo sobre el parqué. Yo estaba dentro del armario cuando ella entró en la habitación y le preguntó:
"Jack, ¿qué estás haciendo?"

Le oí reír y decir que estaba buscando los zapatos de John-John. Dijo que uno había desaparecido.
Jackie le pidió que subiera y él dijo que sólo sería un momento y que subiría. Aquel hombre, de hecho, echó a su mujer de la habitación, me sacó del armario y comenzó a tener relaciones sexuales conmigo de nuevo, esta vez con más pasión que nunca. El factor riesgo parecía hacerlo crecer. Cuando salía, los agentes del Servicio Secreto normalmente me acompañaban desde la Casa Blanca hasta la esquina a esperar una limusina, a menos que Henry me estuviera esperando fuera.

Henry se refinó. Tenía pequeños jarrones azules con flores en la parte posterior de su brillante coche negro. Tenían un poco de luz a su lado y se podían ver las flores en la oscuridad. Si después de una de esas escapadas empezaba a decir tonterías y hablaba de sexo. Henry me daba la señal para que me callara simplemente abrochándose los botones o comprimiendo los labios y entonces yo sabía que tenía que callar y ser obediente. Podía apagarme o activarme, subirme o bajarme el volumen. Me sentía muy mecánica como si fuera un Rolls Royce. A Henry no le gustaba el ruido ni los niños por lo que me creó para que fuera tranquila y digna. Cuando crecí no fue tan difícil porque yo ya tenía una formación más completa y mi personalidad de conmutación no se estropeaba tanto. Me acostumbré a estar en silencio con Henry. Pero era una transición difícil después de estar en presencia de John F. Kennedy porque era salvaje y ruidoso, y su alegría me ponía en el mismo marco mental, hasta que Henry me bajaba el tono.


POR QUÉ DISPARARON, EN REALIDAD, A JFK Y SU HERMANO

JFK tenía vínculos con Frank Sinatra y su grupo. Yo era compartida entre todos estos tipos de grupos debido a la influencia de Bob y Henry. Los Kennedy eran un clan elevadamente conectado, especialmente Bobby, tan sorprendente como pudiera parecer por la imagen que proyectaba de hombre de familia. JFK tuvo una disputa de clan con él evidentemente en la Casa Blanca y trató de usar su poder político como presidente para suprimir a sus enemigos. Aparecía en público haciendo ver que perseguía a la mafia, pero sólo estaba interesado en suprimir sólo a una facción enemiga. Pero públicamente tenía que decir que luchaba para acabar con el crimen organizado para ser capaz de hacer lo que legalmente trataba de hacer: desmantelar la mafia que se oponía al clan de la familia Kennedy. Oí a Joe Kennedy abuchear a JFK en una reunión familiar cuando ya era presidente. Le decía que dejara de jugar con la mafia, que lo olvidara, que no sabía lo que estaba haciendo. Poco después Joe Kennedy tuvo un accidente cerebrovascular o un ataque cerebral, y Rose culpó a Jack de habérselo causado.

Joe Kennedy estaba muy feliz con el matrimonio de Jackie con Jack porque Jackie llevaba con ella una facción de la mafia que ayudaría a construir a Jack y a la dinastía Kennedy futura. Al menos eso es lo que le oí decir. Joe Kennedy era importante en cuanto a conexiones con la mafia, como su amigo JP Morgan, que era un importante amigo y partidario de la mafia. Se apoyaban mutuamente.

Cuando Joe Kennedy se debilitaba, el estricto control de convivencia que sostenía con la mafia comenzó a relajarse y sus hijos se volvieron descuidados y negligentes, y no se tomaron en serio las reglas de la mafia. Como el tío Frank (Sinatra), decía: "No se te ocurra intentar ir en contra de la mafia o acabarás en el depósito o aún peor, durmiendo con los peces". Yo nací de las conexiones mafiosas del tío Charlie y él influenció fuertemente mi vida a causa de sus armas, municiones y conexiones de drogas en todo el mundo. Estas fueron algunas de las serias conexiones que le hicieron ser solicitado por los miembros del Consejo. En aquellos días, la mafia hacía el dinero y las conexiones poderosas. Mafias diferentes se apoyaban mutuamente como hacen el aliados de los países. Eran el poder detrás del Consejo, al principio - las conexiones que permitieron al Consejo alcanzar tal punto de apoyo, cuando las mafias trabajaban en grupo o unas contra las otras. La mafia proveyó una importante financiación los primeros años, pero luego el Consejo se llevó gran parte de su poder sobre los monopolios cuando el Consejo los superó en poder a través de los servicios de información y engañándolos con tecnología.

La mafia no podía empezar a competir. Al principio, el Consejo sabía cómo trabajarse a las diferentes facciones de la mafia para su propio beneficio y ganancias. Una vez que el Consejo alcanzó la fuerza necesaria para remontar y hacer un montón de dinero, engañó a la mafia con su tecnología de control mental y fueron capaces de controlarla. Era un juego de inteligencia y el Consejo había ganado - ¡jaque mate!

Joe Kennedy, William Randolph Hearst, JP Morgan y otros formaban parte de un poderoso grupo clandestino. Creaban sus propios ingresos y su propia justicia, y sabían cómo jugar con las reglas para mantenerse vivos y dentro del juego, pero las reglas cambiaron de repente con el poder creado por el Consejo, por lo que utilizaron el éxito de la mafia y lo hicieron suyo. La gente como Jack ( JFK ) no jugaba con la nueva normativa por eso fue eliminado.

A menudo, cuando era enviada con destino a JFK, iba cargada con mensajes de los diferentes mafiosos como por ejemplo del tío Frank (Sinatra). Yo le daba instrucciones a JFK para que hiciera algún favor a la mafia o de lo contrario, se le dijo, "los dulces pequeños favores se secarán". JFK me asustaba porque siempre se reía y se comportaba como si no se tomara los mensajes con la seriedad que yo creía que tenían. Yo había visto al tío Frankie en operaciones y tenía amigos, muchos, que mataban a gente a mucha gente por menos que nada, y tuve miedo, de que si JFK no escuchaba y hacía lo que se le decía, también lo matarían. Pero él no parecía en absoluto preocupado por ellos... nunca. Los tomé más en serio después de que JFK fuera asesinado. Entonces supe que no bromeaban, que eran muy serios y significa que tienes que hacer lo que te dicen que hagas, sea lo que sea lo que te han dicho o serás asesinado.

Oí hablar al tío Frank sobre las posiciones de la gente dentro de la mafia. Hablaba con muchos amigos mafiosos delante mío. Yo fui utilizada en conexiones peligrosas y Frank y Dean Martin estaban preocupados, porque sabía demasiado, de modo que querían que "durmiera con los peces". Pero Henry no quería oír hablar de perder a su "ordenador personal" y amenazaba con represalias graves si se me hacía daño. Henry tenía un nuevo tipo de poder que la mafia no entendió al principio, hasta que se quemaron varias veces. Después lo habían entendido. Pero alguna contundente acción se debía hacer para demostrar este poder, como cuando oí, "el asesinato de un presidente y el bocazas de su hermano que no escuchaban", para que la mafia - una fuerte facción política de ella - vieran donde estaba el nuevo poder, para que supieran cuando tenían que retroceder. En ese momento, los bancos y los periódicos fueron asumidos y reorganizados por el Consejo y sus componentes, y se hicieron cargo de la TECNOLOGÍA DE ALTO NIVEL - cosa de la cual la mafia no sabía nada. Se les bajaron los humos. Esto ocurría en los años 60 y principios de los 70, cuando sólo era una adolescente apenas acercándose al principio de la edad adulta, y escuchaba y grababa todo lo que oía por instrucciones de mi jefe, Henry Kissinger.

Un día en su oficina, Henry dijo: "No le harás servicios (a JFK) por mucho tiempo más. Los de arriba tienen algunos planes alternativos para él". En ese momento me di cuenta de que él estaba muerto.
Henry dijo: "Esto te podría bloquear de por vida". Más tarde, utilizaron la muerte de JFK profundamente en mí.

Cuando John F. Kennedy fue asesinado yo estaba en la escuela secundaria y mis controladores me dijeron: "Si somos capaces de quitarnos de encima al presidente, sin que nadie lo sepa, ¿quien echaría de menos a alguien como tú?" Me dijeron que yo era prescindible, fácilmente sustituible, y que nadie me echaría de menos si desaparecía. Para darme un ejemplo claro, el hombre trajeado me recordó: "Tu madre tiene idea de dónde estás en este momento? NO. Entonces, ¿quién te echará de menos? Ni siquiera tu propia madre".

Para asegurarse de que yo estuviera en el programa y bajo su control total continuaron el ritual de tortura y trauma. Después ataron el trauma ritual que tenía lugar en casa o en la iglesia al otro lado de la calle de mi instituto con canciones u órdenes hipnóticas, como "Si tratas de empezar a remitir este área de tu mente, inmediatamente recordarás esta escena horrorosa", que me hacían recordar con todos los detalles, con el fin de mantenerme aterrorizada y programada.

La mayoría de la gente está familiarizada con la conexión de Marilyn Monroe con la familia Kennedy y su uso con el Presidente. Se ha dicho por los que están dentro que Marilyn fue una de las primeras en ser programadas para hacer de modelo presidencial, creadas bajo el control mental para tener relaciones sexuales con el Presidente y usarlas con las conexiones de Hollywood. Aunque yo no poseía la belleza física que tenía Marilyn Monroe, tenía los archivos mentales y todas las conexiones adecuadas para favorecer los intereses de mi controlador.

Para mis trabajos, cuando no era trasladada al extranjero desde el LAX (Los Angeles International Airport), salía desde el Van Nuys Airport, el Aeropuerto John Wayne o los locales de aterrizaje de helicópteros que hay en lo alto de los edificios de Los Ángeles. Mi madre me llevaba y me recogía y cuidaba mi de nuevo al volver a la vida si estaba herida o realmente en mal estado mental o psicológico.
Trataba de hacerme comer si yo no podía y me acostaba. Yo solía ir escasa de comida y con privación de sueño y dándome electrochoques por "razones de seguridad nacional" para mantener con seguridad la memoria de los acontecimientos lejos de mi conciencia, por eso a menudo no se me ocurría bañarme, comer o ir a la cama a dormir. Mi madre me decía qué hacer y las partes de mí que participaban en estas aventuras siempre se sentían muy aliviadas de estar de vuelta en mi limpia cama de casa. En mi intento de crear una apariencia de seguridad y protección dormía de cara a la pared para recordarme a mí misma que estaba en mi propia cama y fuera de peligro. Así era hasta que mi padre entraba en mi habitación de noche,
entonces toda la pesadilla empezaba de nuevo. Más que nada en el mundo lo que yo quería era que mi madre o alguien me ayudara - me protegiera - para detener las experiencias de la pesadilla. Pero ella nunca pudo.

Haré todo lo que esté a mi alcance para poner fin a estas atrocidades que pasan, porque mi hija, mis hijos, y los hijos nacidos en el futuro en nuestra familia no tengan que volver a sufrirlo nunca más. Estoy segura de que la mafia con su enorme capacidad para el amor y la lealtad familiar será capaz de entender y perdonar esta necesidad que tengo. Y al Dr. Kissinger, Bob Hope, a la UCLA, a la CIA, a la NASA, al Departamento de Defensa de EE.UU, y a todos los que participaron en la programación de alta tecnología de mi familia, yo les pido que cumplan esta petición de libertad y seguridad para mi familia. Yo rezo por vosotros, pidiendo a Dios que os muestre las consecuencias de vuestras acciones.

"Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonaos generosamente unos a otros, como Dios también a causa de Cristo os perdonó" -. Efesios 4:32






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