GRACIAS POR LOS RECUERDOS / Capítulo Tres: Empezamos a ver al mago

TEMAS COMUNES DEL CONTROL

Las señales de mano son una manera común de control para las víctimas de abuso ritual y control mental. Fue con un programa de señales con las manos con lo que me enseñaron cuando era muy pequeña, cuando se cantaba la canción del Frere Jacques, con rima de nana. ¿Dónde está el apuntador? La canción / juego normal que se interpreta cantando: "¿Dónde está el apuntador? ¿Dónde está el apuntador?" Y después levantas el dedo índice y dices: "Estoy aquí, estoy aquí. Como está usted, señor hoy? Muy bien, gracias... huye. huye..." Después ponías las manos detrás, en la espalda. A mí me enseñaron la versión:
"¿Dónde está silenciador?" Con un dedo hasta los labios significa silencio.
"¿Dónde está el anular?" Con una gran aguja dentro del dedo medio, que yo pinchaba justo antes de cantar, "huye, huye".
"¿Dónde está el hombre pequeño?" Levantando el dedo meñique mientras cantaba, "El hombre pequeño no puede huir".
"¿Dónde está Pulgarcito?" Levantaba el pulgar y me golpeaba en la cabeza mientras cantaba: " Tú no puedes huir".


MAGO DE OZ

En relación con los traumas de la iglesia y la escuela, mi padre reforzaba mi programación haciendo uso de los cuentos de hadas, entre ellos temas de Disney y El Mago de Oz. Veía el Mago de Oz cada año, y en otras ocasiones mis programadores enlazaban con otros programas y órdenes hipnóticas de una manera creativa que permitía a los temas de películas mantenerme bajo control. Aunque no podía recordar conscientemente lo que estaba programada para olvidar, este uso de la fantasía, utilizada como un esfuerzo para mantenerme amnésica y para confundir hechos en los que había participado, era muy eficaz... casi infalible.

A veces, en mitad de la noche, después de haber visto el Mago de Oz, mi padre me traumatizaba para hacer que me disociara, esto creaba el estado de tránsito perfecto para la programación. En este estado alterado, me decía que "por encima del arco iris" ("over the rainbow") había un puente hacia el "otro" mundo, y que podía caminar sobre el puente del arco iris hacia el otro mundo y que se mantendría separado de mi mundo cotidiano. Me decía que lo que pasaba sobre el arco iris se apreciaba irreal, como en un sueño. Después de los encuentros que se suponía olvidaría, yo estaba condicionada por la palabra "casa".
Comenzó con "en ningún lugar como en el hogar" siendo asociado con estar de vuelta en mi cama, durmiendo, después de una noche siendo utilizada en pornografía infantil o prostitución.

Más tarde, mi madre, mi padre, u otras personas podrían decir estas palabras después de mi uso, en Washington, DC, en la Casa Blanca o en otros lugares donde me enviaban bajo programación. Durante años estas palabras funcionaron como una manera de reorientarme de regreso a mi mundo cotidiano, sin necesidad de llevar de vuelta conmigo la realidad de lo que había pasado. Tenía la orden de "dormir y despertar en casa en mi cama mientras la Tierra de Oz estaba muy lejos. Aquel lugar que parecía un cuento de hadas... que debía haber inventado... era sólo un sueño... ahora estaba muy lejos". Ahora estaba al otro lado del arco iris y estaba condicionada para creer que las experiencias, en realidad, nunca habían sucedido, que no eran más que un sueño. Más tarde, en mi adolescencia todo lo que necesitaban decir mi madre o mi padre era: "Amor mío, puedes dormir todo el camino de regreso a casa", y yo estaba condicionada como los perros de Pavlov para responder a la palabra "casa" con una amnesia total y completa de lo que me había sucedido.

Si mi mente subconsciente amenazaba con revelar los secretos, mi padre me programaba para "despertar y comer galletas de chocolate para acordarme de olvidar". Y durante años, los siguientes 40 años, tal como esta potente programación mandaba, despertaba de un profundo sueño si la memoria de este mundo secreto se infiltraba si yo entraba primero en patrones de onda cerebrales del sueño theta y luego delta. Una vez programada, iba como un robot hacia la cocina a comer galletas con chispas de chocolate con el fin de "re-mentalizarme" a mí misma.

Otro tema de Oz que se utilizaba para programarme era la canción "Si sólo tuviera un cerebro".
Durante una de las sesiones de programación, un hombre me dijo al oído: "Es más seguro no tener cerebro, es más fácil no tener cerebro, todo lo que tienes que hacer para mantenerte en el camino es seguir el camino de baldosas amarillas. Entonces no tendrás miedo como el león cobarde y podrás mantener el corazón que deberás obtener en el camino de baldosas amarillas en la tierra de la brillantez y del oro, el brillo y el oro, el brillo y el oro. Siga el camino de baldosas amarillas hacia algún lugar muy alto sobre el arco iris". En mi estado de trance, este versículo me entró profundamente en la mente subconsciente y fue una referencia interna siempre vigilante para recordarme a olvidar, y podía ser impuesta por cualquiera de mis controladores cuando me surgía la necesidad de dejar liberar memoria reprimida.

Alice in Wonderland se usó como un tema para programar en la "conciencia del tiempo". Mis programadores decían: "Mira lo que dice el conejo, 'mira el reloj, mira el reloj', y siente que tus ojos están somnolientos y cansados, así ya no puedes mirar el reloj, pero sabes que siempre está latiendo al compás perfecto. Él sabe qué hora es por lo tanto no tendrás que preocuparte por la hora qué es, el reloj mantendrá perfectamente el tiempo. Y ahora, al contar tres quiero que despiertes... 1. 2. 3..." hacía chasquear los dedos, "y despierta. Buena chica!"
Había otros programas basados en los cuentos de hadas y los temas de Disney. Otros supervivientes en todo el mundo también han informado de muchos de estos mismos temas comunes.


DISNEYLAND

Cuando tenía cinco años, mi madre y mi padre me llevaron a la reciente apertura de Disneyland en Anaheim, California. Mientras caminábamos por la calle principal, nos encontramos con Walt Disney y mi padre se hizo a un lado cuando Walt Disney, enorme para mí, se inclinó y me dio la mano. Me dijo que si yo le escribía, él me contestaría. Conscientemente no recuerdo nada más después de eso. Lo que pasó después, sin embargo, como recordé más adelante, es que Walt Disney miró a mi padre con ojos que decían cosas importantes que yo no podía entender. Entonces mi padre llevó a mi madre en otra dirección y yo me quedé a solas con Walt Disney. Mis padres nunca me dijeron adiós ni nada, simplemente me dejaron y se fueron. Yo estaba aterrada y confundida al darme cuenta de que mis padres simplemente habían desaparecido. Walt me llevó a una oficina, me subió encima de una gran mesa que tenía un trozo de vidrio en la parte superior y me dijo que él era mi verdadero padre. Dijo que el Club Mickey Mouse era mi verdadera familia ­a donde realmente pertenecía. Todo el mundo siempre me decía que pertenecía a una familia diferente que la de mis padres y yo no lo entendía, todo era muy confuso. Walt Disney parecía agradable pero yo no estuve con él mucho tiempo. Llamó a otro hombre que me cogió de la mano y me llevó. Aquel hombre era un hombre muy malo y realmente me asustó. Me llevó a otra habitación y me dio aquellas gafas View Master para que mirara. Me mostró fotografías que eran tan aterradoras que otras partes de mí tuvieron que venir a verlas. Era demasiado para que lo viera una niña. Cosas muertas - cuerpos cortados, gatos muertos sin piel y con ojos grandes y las colas cortadas, gente cortada, etc. Teníamos este juguete en casa, pero el mío tenía imágenes de dibujos animados. En este evento participaron diversas personalidades mías.

A continuación, el hombre me llevó a atracciones de miedo y me pinchaba en la cintura y las piernas con agujas mientras decía cosas de Alicia en el País de las Maravillas durante el paseo, como: "Esto no está sucediendo realmente. Yo no te estoy realmente clavando esta aguja en la pierna. Eres como Alice.
También te has comido la gran seta y te sientes extraña - esto no es real". Se reía y se comportaba como si todo esto fuera jugar y reír y fuera realmente divertido, pero era aterrador y confuso para mí, y yo no podía entender por qué me estaba haciendo daño. Partes de mí se dividían mientras soportaba el abuso y empujé las experiencias hacia lo más profundo de mi mente subconsciente como mandaba mi programación.

Entonces el hombre me llevó a la Atracción Salvaje del Sr. Sapo (Mr. Toad's Wild Ride) y abusó sexualmente de mí quitándome las bragas y empujándome arriba y hacia abajo sobre su pene mientras estábamos pasando por el oscuro y cerrado paseo. Durante muchos años después de eso, fui lastimada en la atracción del Sr. Sapo. Se me enseñó a ser muy sexy y salvaje y loca para que fuera "buena" y que no me hicieran daño. Si lo hacía bien y actuaba en el momento justo, entonces no me maltrataban cuando todo había terminado. Cuando salíamos a la luz desde el paseo oscuro, todo había terminado y si lo había hecho bien podía parar y volver con mi Mami. Si lo había hecho mal, lo tenía que hacer todo de nuevo hasta que lo hacía bien. Siempre me hacían realmente mucho daño si había cometido un error. Hice lo que pude.
Parecía como si hubiera estado en Disneyland durante mucho tiempo, pero al final del día, tenía un bonito globo que miraba mientras estaba sentada en el asiento trasero del coche todo el camino a casa. Estaba devastada, agotada y fuera de mi durante el viaje de vuelta en Woodland Hills, pero miraba el bonito globo con orejas del ratón Mickey o el globo del ratón Mickey dentro de otro globo, hasta que finalmente caía en un sueño largo y profundo.

Íbamos a Disneyland cada año, a menudo durante las celebraciones de cumpleaños. En otra visita, un hombre trajeado me llevó a la parte delantera de la atracción de Blanca Nieves. Cuando me subía a bordo de la barca, enseñó una insignia al empleado, y dijo que tenía un permiso especial para subir a la atracción a este invitado especial. Subimos a una barca y navegamos a través de los canales mientras él se abstenía de hablar de temas de cuentos de hadas. A medida que íbamos pasando, empezó a clavarme agujas en los muslos en diferentes momentos después de haber terminado un tramo sobre una historia. Todos los clásicos cuentos de hadas pasaban ante nosotros - los tres cerditos y el lobo feroz. Me dijo que el lobo feroz siempre me podría encontrar y cogerme, aunque estuviera en la casa de ladrillos bien construida, y que el lobo podría soplar y soplar y derribar la casa. Me dijo que mis padres no me podían proteger del lobo porque era grande y malo y salvaje. Todavía puedo sentir la canción del Lobo Feroz sonando. El hombre seguía pinchándome con la aguja y me dolía. Miraba su mano con la aguja tratando de anticipar el dolor y él me contaba historias de miedo. Yo no sabía qué hacer y no podía escapar porque estábamos en un bote y no podía bajar. Entonces casi me ahoga en la parte delantera de la embarcación, pero seguía hablando y contándome cuentos de hadas, como si nada hubiera pasado. Yo estaba aterrorizada.

Más tarde, en la oscuridad de la noche un hombre trajeado me llevó al Matterhorn y detuvo la montaña rusa en la cascada donde me dijo que lo que había pasado era que todo había sido arrasado y se había ido para siempre. Me hizo bajar de la atracción y me quedé de pie sobre las rocas en la parte alta dentro del Matterhorn sola en la oscuridad de la noche. Estaba muy cansada. Me dijo que me dejaba allí sola, porque no lo había hecho bien y no había escuchado bien. Estaba aterrada en la oscura, húmeda zona rocosa oyendo el sonido del silbido del viento y los coches de la carrera con exceso de velocidad. Pero aún fue más aterrador cuando la zona quedó en silencio. Fría y cansada, me quedé totalmente sola durante lo que pareció una eternidad para una niña como yo. Cuando el hombre finalmente vino a buscarme, me
preguntó si estaba dispuesta a ser buena. Luego dijo muchas palabras mientras me llevaba a mis padres.
Entregándome toda mustia y húmeda, a mi madre, dijo: "Está dormida". Mi madre estaba llorando, mi padre sonreía y el hombre trajeado dijo: "Está hecho, estará lista para el siguiente nivel".

Mi padre me llevó fuera de Disneyland, pero se detuvo a comprarme un bonito globo de Mickey Mouse, para, según dijo, "recordar los buenos momentos que había tenido". Disneyland nunca fue muy divertido, siempre había dolor y tortura.

Otra noche en Disneyland subí los escalones de la Casa del Árbol de la Familia Suiza Robinson (Swiss Family Robinson Tree House). Una vez estuve dentro de una de las habitaciones un hombre me agarró, me abofeteó muy fuerte e hizo brillar una luz brillante delante de mis ojos. Dijo: "Tu madre no es tu verdadera madre, tu padre no es tu verdadero padre. Estás hecha para cosas mucho más grandes, tan grandes como el hecho de que Walt Disney te reclama como suya. Así que recuerda lo que he dicho sobre quienes son tus verdaderos padres". Cuando terminó conmigo bajé de la casa del árbol, sollozando histéricamente a cada paso. Mi madre me estaba esperando en la parte inferior y me llevó al quiosco del "Fritos" para intentar calmarme.

La atracción de Un Mundo Pequeño (A Small World) se utilizaba deliberadamente para crear la realidad en mi mente de que yo realmente sólo estaba en una atracción de Disneyland cuando más tarde me llevaban a países extranjeros para utilizarme. La programación que florecía en mi mente consciente después de estos viajes era que yo estaba sólo en Disneyland. Un día mi padre me acompañó a la pantalla del teléfono internacional. Cogí muchos teléfonos de colores y escuché los diferentes idiomas y mi madre estaba muy cerca, cuando mi padre apareció caminando. Pero mi padre en realidad se había escondido detrás de la pantalla del teléfono y hablaba como si estuviera enviando un mensaje por teléfono. Al principio, pensé que era otra persona hablando conmigo por teléfono, alguien que misteriosamente sabía mi nombre. Cuando caí que era mi padre, sabía que no debía abandonar y debía continuar con la farsa. Pronto un hombre con uniforme de Disney vino y me cogió del brazo como hacen los personajes en el Mago de Oz, y me acompañó hasta la sede central cerca de las perreras.

En otro viaje, me llevaron a la atracción de la Barca de la Jungla (Jungleboat) en Disneyland por la noche. Estaba muy oscuro y me di cuenta que no había nadie esperando mientras mis padres me hacían
entrar por la zona donde la gente normalmente espera para entrar en la atracción. Estábamos solos y yo estaba aterrada, anticipando lo que pasaría a continuación. Había aprendido desde el principio, y sabía en un nivel subconsciente profundo que mis padres no eran ninguna protección para mí, sino que a menudo eran ellos mismos los que me entregaban a muy aterradoras personas, experiencias y lugares. Aquella noche no fue diferente. Me llevaron a la parte trasera del barco y salió un hombre con un traje oscuro, y dijo: "Te cogeré de aquí", momento en que mi padre cogió a mi madre por el codo y se la llevase como si fuera un robot. Yo tenía miedo.
"Laura", gritó el hombre. Laura era mi personalidad escolar que había sido programada para ser cooperativa y servicial. Él dijo: "Laura, necesito tu ayuda para que las cosas funcionen sin problemas esta noche".
"Sí, señor". Le respondí, ahora cambiada a Laura.
"Quiero que des 7 vueltas y yo te ataré una cuerda alrededor de la cintura para que no te perdamos aquí esta noche".

No podía imaginar lo que estaba a punto de perder en ese gran barco, pero cumplí mientras me ataba la cuerda alrededor de la cintura y como había ordenado, empecé a dar vueltas mientras el contaba: "
Uno, dos, átame el zapato, no, tres, cuatro, cierra la puerta. La puerta de tu mente, es decir, cinco, seis, recoge palos, y... siete hará el truco". Yo no sabía lo que era el truco, pero estaba a punto de descubrirlo.
"Aquí, ahora solo siéntate aquí", y señalaba un lugar en la parte posterior del barco, mientras se aferraba a mí con la cuerda como si fuera un perro con una correa. Antes de saber exactamente lo que estaba pasando, me levantó y me metió en aquella fría, agua oscura. Al caer al agua, estaba segura de que los caimanes que había visto ese mismo día en el Crucero de la Jungla llegarían y se me comerían viva en la oscuridad. El barco se iba y me arrastra detrás. Me aferré a la cuerda para poder permanecer mirando hacia adelante.
Recordando la programación temática del Mago de Oz, el hombre gritó: "¡Leones, tigres y osos, ¡ay de mí". Después apuntando hacia la oscuridad del agua cerca de mí, sonó el tema de Peter Pan con el que también se me había programado mientras él ansiosamente advertía, "creo que hay un cocodrilo a tu izquierda, no, pienso que es a tu derecha, justo aquí detrás de ti, está nadando justo por detrás de tu otra izquierda". Estaba frenéticamente en pánico, y en un intento de hacer que todo desapareciera cerré los ojos tan fuerte como pude, y me aferré a la cuerda para salvar la vida.
"Eres una niña muy fuerte", gritó, "tal como tu padre me dijo que eras. Ya sabes, la supervivencia del más apto". Entonces empezó a hacerme tambalear y me levantó por la cuerda mientras me subía por encima de la barandilla para volver al barco. "¡Has pasado la prueba con nota! Tu padre dijo que esta prueba sería fácil para ti".
Me sentí entumecida y los dientes me castañeteaban del frío. El vestido estaba todo mojado igual que los zapatos, las medias y las bragas. Me estaba congelando. Mi padre siempre me hablaba sobre la supervivencia "del más apto" y de cómo debía ser fuerte.
"Puedes volar como lo hace Campanilla (Tinkerbell), a través del cielo de la noche atada como estás en esa cuerda. ¿Debería dejarlo de manera que puedas volar con Campanilla esta noche, en el cielo?"
"No, señor", le respondí mirando abajo hacia la cuerda y temblando.
Se echó a reír de verdad bien fuerte. "Sabes que puedes volar con ella cada vez que la veas volar, vuelas alto, alto lejos de todas las cosas que piensas que recuerdas de aquí, pero ninguna de estas cosas suceden realmente, sino que son sólo producto de tu imaginación. ¿Sabes lo que son las ficciones?"
Negué con la cabeza.
"Las ficciones son las frutas que comes. Y tú has disfrutado de todas las atracciones aquí esta noche y has tenido un montón de diversión y ahora es hora de que te vayas a casa. Ya sabes, como Mickey dice en la canción, "Ahora es el momento de decir adiós a toda nuestra compañía, M. I. C. K. E. Y. M. O. U. S. E., ya sabes la canción de la televisión, la que se oye cuando miras el Club de Mickey Mouse?
"Sí", le dije, ahora totalmente programada hipnótica, robóticamente.
"Cuando veas a Campanilla y todos los bonitos fuegos artificiales esta noche, recordarás todo lo que es bueno y las bonitas cosas únicas que han pasado aquí el día de hoy y esta noche. Todo lo que es bueno que flota sobre tu mente consciente como Campanilla volando en lo alto del cielo, porque todas las cosas buenas [que han sucedido] vuelen muy alto en tu mente consciente. Has tenido el mejor día aquí en Disneyland y quieres volver tan pronto como sea posible para más diversión".

En un completo pánico histérico, mi madre corrió y me lanzó sus brazos alrededor como si me fuera a rescatar. Me echó encima una especie de paño oscuro, y ella y mi padre me sacaron de la barca. Me llevó a un cuarto de baño para cambiarme de ropa cerca de la atracción de la Barca de la Jungla. Mi madre me hizo pasar a un lugar y comenzó a cambiarme la ropa sin cerrar la puerta detrás de nosotros. Me daba vergüenza. Una señora entró al baño y mi madre le dijo: "Mi hija que se ha caído al agua y le estamos cambiando la ropa".

No es de extrañar que haya sido difícil, a veces, para mí confiar en mi propia conciencia, incluso en la edad adulta.

Una noche, mis programadores decidieron que yo reemplazaría a la Campanilla real en vuelo sobre el parque de noche en la oscuridad. Los hombres con uniformes del parque se acercaron por detrás a la Campanilla real que en realidad era una señora mayor y esa noche ya estaba vestida, lista para volar. Los hombres le dijeron que se hiciera a un lado, que esa noche volaría yo. No sabía dónde habían ido mi madre y mi padre y tenía frío y miedo. La mujer estaba muy enfadada. Quería hacer su trabajo y abucheó a los hombres, pero le dijeron simplemente que se relajara, que cobraría igual y que nadie sabría que no había volado ella y podría volver a casa temprano y hasta recoger su cheque. Aunque enojada se fue y los hombres me pusieron un vestido blanco de Campanilla y me ataron al arnés de vuelo. Después de quedar asegurada, un hombre me preguntó si estaba lista. Me mostró dónde agarrarme en las correas delanteras para que no me hiciera daño en las manos o los brazos mientras volaba muy alto por encima del Reino Mágico. Toda la experiencia fue aterradora. Me debieron haber dado una droga, porque todo parecían ser un montón de fotos, como una cámara con un círculo de lentes de la misma imagen, como un calidoscopio.
Mientras volaba, tenía miedo de caer abajo y aplastar a alguien, pero después de un rato me entumecí. Ya no podía pensar o sentir. Me desmayaría porque cuando llegué al otro extremo del cielo de la atracción, algunos hombres me sacaron del arnés y trataron de reanimarme. Un hombre me dio una bofetada, pero ni siquiera me desperté, entonces alguien me puso sales aromáticas debajo de la nariz y me desperté. No recuerdo mucho más, excepto que casi no podía andar y tuvieron que sacarme de Disneyland. Aquella noche no hubo parada en la calle principal para conseguir juguetes o globos o caramelos. Me sentía enferma y me senté en la parte posterior de nuestro viejo Buick mientras íbamos a casa. Mis hermanos no habían venido con nosotros, sólo estábamos mi madre, mi padre y yo. Mi padre me dijo que era la 'estrella' de la familia. No me gustaba ser la estrella si significaba eso, pero él parecía muy emocionado al respecto.


LA PROGRAMACIÓN HERMANA GEMELA (TWIN SISTER)

Mis vecinos, mi "segunda madre" Mary y su hija Peggy, me llevaron a un teatro de Hollywood a ver The Parent Trap, una película de Disney de 1961 protagonizada por Hayley Mills. El tema de esta película ayudó a dar forma a la realidad de mi "hermana gemela" interna, Sharon. Yo era Susan y mi hermana gemela era Sharon. Esta personalidad de Sharon fue creada con la intención de dividir aún más mi mente y estaba anclada dentro de mi estructura de personalidad con el fin de albergar un vasto almacén de experiencias con la élite. Sharon se identificaba a ella misma con la "alta sociedad".

Ahora, por supuesto, mi hermana gemela interior Sharon también debía tener experiencia en programación Disneyland. Para ello nuestra vecina Mary me llevó a Disneyland con su hija Peggy, que tenía mi edad. En una ocasión visitamos el hermoso Castillo Mágico que se encuentra en medio del Reino Mágico. Mientras caminaba por el Castillo, explorando la zona, doblé una esquina y entré en una zona oscura, un hombre con una capa negra que se había escondido en un rincón oscuro del castillo dio un paso adelante y me cogió. Me puso la mano en la boca para que no gritara y me dio un codazo en el estómago antes de violarme. Después me llevó en dirección a las perreras en la parte delantera de Disneyland donde otras cosas malas habían pasado. Cada año, Sharon tenía que ver el "Show del presidente con Lincoln" que se representaba en un teatro de la calle principal y con el fin de mantener sus experiencias secretas ocultas de su mente consciente, esta parte de mi hermana gemela también debió estar expuesta a muchos de estos tipos de trauma.

Sharon fue creada para ser católica, y Mary y Peggy a menudo me llevaban con ellas a la misa católica. (No sabían nada de mi conexión con Henry Kissinger). Aprendí acerca del agua bendita y las genuflexiones y los Vía Crucis y la Confesión y los Avemarías y el rezo del Rosario. Peggy me prestó su rosario que tenía un pequeño esmalte azul cuadrado con la Virgen María. Aprendí a decir: "Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo", una y otra vez por cada cuenta. Siempre teníamos que llevar sombrero o bufanda. Teníamos que seguir un montón de reglas. Debían conseguir Agua Bendita y aplicársela a sí mismos en sus Vía Crucis, en la frente, el corazón, después en cada hombro, hacer una genuflexión antes de entrar en los bancos. Después debían arrodillarse y decir el Rosario durante mucho rato. Con mi conciencia infantil, pensaba que era una tontería hacerlo y preguntaba a todo el mundo que debíamos decir y que teníamos que hacer, pero todos siempre decían que yo hacía demasiadas preguntas.
Durante las muchas veces que asistí a una misa con Mary y Peggy, yo rezaba en silencio a la estatua de la Santísima Virgen y le pedía que me ayudara, aunque era incapaz de "pensar" sobre el por qué necesitaba ayuda.

Sharon era una "hija de la élite" y después, sirvió a la élite, tal como a los Rockefeller. Era a menudo la personalidad orientada sexualmente, cuando se me utilizaba para el sexo y el trabajo de archivo mental. "Sharon" era mi contraparte altamente sexual y "Sue", contenía los mensajes de los archivos mentales.

Para dividir aún más mi condición, había un pequeño edificio de piedra en un cementerio donde los hombres trajeados me encerraban toda la noche. Alejaban mi ropa, me empujaban hacia la oscura habitación y cerraban la puerta. Hacía frío en el suelo de hormigón y podía sentir las telarañas en las esquinas. Daba miedo, así que me sentaba en el rincón sobre mis pies, me abrazaba las piernas hacia mi cuerpo y cerraba los ojos.

Después de un rato, apareció un ángel. Dijo que su nombre era María y que yo estaba siendo preparada para el futuro. Dijo que ella y otros ángeles me ayudarían y que estaría "sostenida". Yo no sabía que significaba esa palabra, pero sentí que estaba bien porque sentía mucho amor por ella. Mientras que mi espíritu libre estaba sentado a su lado en un banco, mi cuerpo físico estaba en esa sala de hormigón. Me dijo que estaría muy cerca de mí más adelante, cuando fuera mayor y pudiera entender más. Dijo que aquella gente era cruel porque no entendía, pero que mis amigos ángeles me querían mucho y estarían ahí cuando los necesitara. De pronto, antes de que yo estuviera lista para salir, estaba de vuelta en el frío cubículo de cemento, todavía sentada en cuclillas sobre mis pies y ella se había ido. Me sentí como si hubiera viajado a algún lugar y quería volver porque no me sentía mal y allí no hacía frío, pero no pude encontrar la manera de llegar. Tenía que esperar a que el ángel me acompañara. Siempre todos me escoltaban en todas partes - en la tierra y en el cielo. Cuando los hombres vinieron para dejarme salir, todavía era de noche y me dejaron en casa. Pasando por el corredor, entré por la puerta trasera, hasta mi habitación y me fui a dormir.


LOS ARCOS DORADOS

Ahora, por supuesto, con el fin de asegurar que la memoria de Sharon se mantendría separada de mi mente consciente, tuvieron que inducir el trauma para crear la barrera disociativa. Entre otros traumas, me llevaron a la Iglesia Católica de St. Mel en Woodland Hills y fui abusada por un rechoncho y gordo "Padre", en la parte posterior de la iglesia en una sala lateral. Aquel sacerdote que hablaba con un acento irlandés y olía a alcohol, me tiraba de los cabellos mientras se complacía sexualmente a mi boca. Cuando terminó conmigo, dos hombres trajeados me acompañaron a una limusina que esperaba. Yo llevaba el pelo corto y llevaba una falda de fieltro con un caniche, zapatillas, calcetines blancos y una blusa blanca. No era raro ver limusinas en fila delante de la gran iglesia Católica para su uso en funerales o bodas. Era casi oscuro, y una vez fuera de la vista del público, aquellos hombres fueron muy ásperos conmigo. Me tiraron en el asiento trasero y una vez en el interior de la limusina me puse en posición fetal, balanceándome, aterrorizada fuera de mi mente.

Al llegar al nuevo McDonalds, un hombre me dijo: "Mira los Arcos Dorados, son tu Autopista hacia el cielo. Cada vez que los cruces al entrar, no recordarás haber estado aquí". Entré siendo Sue y tras ser drogada salí siendo Sharon. No tenía conciencia de que yo era Sharon. En mi interior, subconscientemente creaba la realidad, creía que Sharon era mi hermana gemela, separadas físicamente, pero conscientemente no tenía conocimiento de ninguna otra parte de mí excepto de Sue. Todo lo que sabía era que muchas veces me decían que me permitirían ver a mi hermana gemela, mi hermana gemela secreta.
Me entristeció. La echaba de menos desesperadamente y sentía que ella estaba siempre en peligro y necesitaba de mí. El hombre que estaba presente al crearse esta parte de mi programación era un muy rico y localmente bien conocido y respetado médico Católico OB / GYN (Obstetra / Ginecólogo), llamado Dr.McGinnis. Él me había dicho que podía encontrar a mi hermana gemela en el baño, así que corrí hacia allí para encontrar a Sharon. El médico y el otro hombre me siguieron mientras corría hacia el pequeño cuarto de baño en el que entré fuera del McDonalds, llorando desesperadamente para encontrar a mi hermana gemela. Una vez dentro, como se me había dicho, miré a mi alrededor y volví salir y le dije al doctor que podía entrar, que allí no había nadie. Me sentí muy robótica. Entró en el pequeño baño conmigo, cerró la puerta detrás de nosotros y me dijo que me sentara en el suelo en el rincón. Hice lo que me indicaba. Me cogió del brazo y lo puso sobre la tapa del inodoro, me ató una goma elástica alrededor del brazo y sacó una gran aguja. Mientras me inyectaba la droga en el brazo ordenó, "cuenta hacia atrás desde tres".

"Uno..". Empecé.
"¡NO!" Gritó el médico enfadado. "He dicho hacia atrás, a partir de tres".
"Tres, dos", me desplomé desmayada.
Empezó a abofetearme la cara y yo no podía despertar, pero él gritaba: "Sharon, Sharon, Sharon".
Finalmente, después de muchas bofetadas, Sharon dijo: "Sí".
"Levántate y anda hasta el coche". Ordenó el médico. Sharon obedeció. Llevaba su maletín negro y lo sacaron en cuanto él entró en la limusina. Oí decirle al conductor que si nunca le descubrían él tenía que coger su maletín negro y decir que estaba en una emergencia, de esta manera nadie podría cuestionarle.
Bajamos por Ventura Boulevard hasta una joyería. El doctor y yo entramos, yo todavía cambiada como mi hermana gemela Sharon. Le dijo al dueño de la tienda que estaba buscando un regalo para mi madre, pero no era verdad. Estas personas siempre decían mentiras. Me puso un brazalete de diamantes en el brazo y dijo: "Tú estás acostumbrada a las joyas, lo recuerdas?"
"Sí", dije, sonriendo. Era cierto que Sharon estaba acostumbrada a la riqueza.
"Eso es todo lo que tienes que recordar que estás acostumbrada a las joyas". Cuando dimos la vuelta para irnos, llamó al propietario que estaba en el otro extremo de la tienda para decirle que ya habíamos terminado la compra.
A continuación, me dejaron en una casa grande en algún lugar y subí las escaleras para ser filmada en pornografía infantil. Había hombres con ropas de cuero y cadenas con pistolas. Un hombre me arrancó la ropa y me sodomizó al tiempo que otro hombre me observaba mientras se rodaba. Luego me encadenaron, azotaron y filmaron más. Les gustaba cuando gritaba. Me decían lo que tenía que hacer, para hacer una buena película, pero yo lo que realmente quería era callar y guardarme todo para mí misma para arruinarles la película. Pusieron un bebé sobre una mesa de madera y lo asesinaron mientras yo era violada y decían que su alma me llenaría y que me gustaría tener la vida del bebé dentro de mí. En realidad no lo hice. Yo nunca hubiera querido que hicieran daño al bebé. Pero tuve que sonreír y reír mientras ellos lo filmaban o me dijeron que también me matarían a mí. Hacían a menudo estas películas "snuff" con bebés o niñas pequeñas. "Cuanto más joven, más puro", decían aquellos hombres. Creían que los fetos eran los mejores para conseguir el alma intacta más pura. A menudo después se comían la carne, y a veces el corazón, cuando todavía latía. Era aterrador, vil y repugnante. Y hacían que yo lo comiera para el rodaje.
Constantemente me forzaban a sonreír.
Después cuando todo había terminado me llevaron de vuelta con la limusina al McDonalds, al mismo cuarto de baño, donde algún hombre hacía chasquear los dedos delante de mi cara y decía, "Susie, te has desmayado", porque, diciendo este nombre en voz alta, yo me cambiaba de nuevo a mi personalidad consciente. Una vez restablecida, estos hombres me llevaron a mi calle, me dejaron y me dijeron que caminara por la carretera hacia el cielo dentro del sueño. En tránsito programado, anduve la manzana, pasé por el corredor hacia la puerta trasera, y me metí en mi cama. Estaba oscuro pero afuera estaba la luz amarilla del porche y me sabía el camino dentro de la casa con los ojos cerrados.

Aquella noche, sola en mi cama, dije la oración que solía decir con mi madre o mi abuela cada noche, "Ángel de Dios, mi querido custodio, a quien Su amor me ha encomendado. Ven cada día a mi lado.
Para iluminarme y protegerme, para gobernarme y guiarme".

Te lo ruego, querido lector, mantente abierto a la posibilidad de que este tipo de atrocidades fueran así, y de que todavía les están pasando a otros niños hoy, incluso en este momento en este mismo momento. Por favor, abre tu corazón y que sepas que esto puede ser verdad, que todos juntos podemos poner fin a los abusos que aterran y amenazan con destruir a las criaturas.

McDonalds era a menudo una parte de mi abuso si yo estaba en California o más adelante lejos de casa cuando después de utilizarme en diferentes estados o países, me llevaban a "Los Arcos Dorados" y me daban coca cola (posteriormente fusionada con aspartame y coca cola light con un toque de limón) y patatas fritas francesas. McDonalds era un programa muy potente para la represión de actos de uso nacional e internacional.


SE CONSTRUYE LA FUNDACIÓN

A la tierna edad de cinco años, fui condicionada a base de tortura y alta tecnología hipnótica y electrochoques, a hacerme daño de muchas maneras si empezaba a recordar actividades secretas, o alguna parte de ellas. Por sugerencia programada, si empezaba a recordar debía tropezarme con el dedo gordo del pie y quemarme en la estufa, eliminando de esta manera mi enfoque de la experiencia secreta recordada y redirigiendo mi atención hacia la herida. Me dieron instrucciones de cortarme la muñeca con el fin de quitarme mi propia vida, si empezaba a recordar o a hablar de ello. También había inculcados programas de accidentes para asegurar mi muerte si me ponía a recordar. Interminables programas se instalaron en mi vida que eran para su uso posterior en la supresión de mis actividades ocultas.

Con los años, me decían lo siguiente mientras estaba siendo torturada, "si recuerdas, te suicidarás, si hablas, la gente pensará que estás loca y acabarás en una institución mental, si no nos obedeces, mataremos a tu familia o a tu perro y al gato si hablas, te mataremos". Yo había sido testigo de asesinatos durante años y sabía que no se trataba de amenazas y ya está.

Mis programadores también crearon dentro de mí, personalidades informantes que eran instruidas para informar sobre mí en cuanto a todo en lo que yo estuviera pasándome de la raya. Esta característica común del control mental es denunciada por muchos supervivientes.

"Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "En verdad os digo, a menos que no os volváis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por lo tanto, cualquiera que se humille como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos".
-Mateo 18:2-4

"Guardaos de menospreciar a alguno de estos pequeños. Porque os digo que sus ángeles en el cielo ven siempre el rostro de mi Padre que está en el cielo".
- Mateo 18:10-11






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