GRACIAS POR LOS RECUERDOS / Capítulo Siete: Hasta el final con LBJ

Lyndon Johnson era un hombre muy alto y muy grande. Tenía un reloj de bolsillo con una cadena que llevaba en un bolsillo de arriba del chaleco o del abrigo, no en los pantalones. Usaba gafas para leer.
Le recuerdo sentado en su mesa de lectura por la noche. El resto de la habitación estaba a oscuras excepto por la luz que tenía sobre la mesa para poder leer. Le gustaba llevar sombrero incluso cuando estaba dentro.
Le encantaba su sombrero. Me decía que su sombrero era un Stetson y que estos eran los mejores allí de donde él venía... "Como un Cadillac", explicaba. Su ropa olía a colonia y sus vestidos eran a menudo de color gris o marrón y a menudo llevaba botas. Llevaba unos grandes y holgados calzoncillos blancos y no siempre parecían nuevos, como cualquiera pensaría que una persona en su posición usaría. Llevaba un puente con unos cuantos dientes falsos, a veces fumaba cigarros y en otros fumaba en pipa.

En esta ocasión, hizo que me quedara en la cama de la habitación del hotel a oscuras mientras él se sentaba en la mesa para terminar la lectura de sus papeles. Después apagó la luz y se acercó a la cama donde yo estaba escondida, llevaba una ropa bastante "cutre". En la habitación hacía frío. Lyndon llevaba calzoncillos y unos calcetines marrones. Puso su ropa encima de la mesa y las sillas, y al acercarse a la cama, se sacó el pene por el agujero de los calzoncillos y me estiró de la cabeza hacia él. Ordenó, "chupa", mientras me tiraba del pelo llevándome acercándome a él. Se puso de pie, gimiendo de placer y luego se quejó de que tenía que agacharse demasiado así que me puse de rodillas y terminó. Se complació en mi boca y le gustaba ver cómo me lo tragaba. Entonces LBJ se acostó y me abrazó como si yo fuera un oso de peluche y me pidió que le rascara la espalda. Una vez me hizo salir de la cama para llevarle un cigarro.
Quería que se le encendiera, pero yo no estaba nada acostumbrada a eso porque sólo era una niña. Tosí mucho y casi me ahogo hasta morir, pero allí estaba él en la cama todo iluminado. Le entregué el cigarrillo y dijo: "Gracias, señorita". Normalmente me llamaba así. No quería ir a dormir inmediatamente y me hizo encender la televisión para él. En ningún momento se quitó los calcetines.

Una vez, estando con LBJ me hizo preguntas sobre la escuela y parecía que le gustaba escucharme hablando. También le gustaba que usara mis zapatos de golf Saddle blancas y negras. Tenía unas de charol muy brillante. Esto fue durante la época en que todavía estaba asistiendo a la Hale Junior High School. A Lyndon le gustaba que yo fuera muy joven. En ese momento tenía 12 o 13 años. Estuve con él varias veces.

Otra vez mi padre me llevó a Texas en el vuelo de regreso de Iowa. Fue entonces cuando LBJ me mostró su Cadillac descapotable. Lo tenía aparcado en un garaje aparte fuera de la finca para que no se le ensuciara tanto. "Diantre, todo acaba recubierto de tierra en el rancho", decía. Llevaba puesto su disfraz de vaquero y dijo que "Lady B" estaba fuera en alguna convención china. Bebía cerveza en el coche cuando fuimos a hacer un "paseo de placer", como él decía. Me senté a su lado y le hice una "magnífica", que era una gratificación completa de sexo oral. Me dijo: "Ten cuidado, no quiero que llegue nada al asiento".
Reí y en broma le aseguré, "Lo sé. Soy una experta en la materia. Lo recuerdas?"
"Bueno, seguro que tienes el coraje, yo lo digo por ti", respondió. LBJ olía pero no era un olor corporal, sólo era un olor masculino fuerte. Tenía el brazo echado sobre el respaldo del asiento y sólo circulamos el tiempo que necesitó para satisfacer su deseo sexual. Después dio media vuelta y me agachó la cabeza de manera que no se me pudiera ver. No estuve en el interior de la finca y cuando llegamos me dijo: "Hasta aquí has llegado, señorita". Salí del coche y cerré la puerta. "También podías haber esperado que te ayudara" dijo.

Me eché a reír y le dije: "Puedo hacerlo yo solita". Un hombre trajeado me acompañó a la parte posterior de un sedán negro que estaba esperando bajo un árbol en frente de la finca y se me llevó.

Otra noche mientras esperaba a Lyndon, escasamente vestida con unos delicados sujetadores negros de encaje, ligas, medias negras y zapatos rojos de tacón, declaró que le estaba haciendo salir humo por las orejas y que, "seguro que no es el de este cigarro". Quería seguir dando vueltas y más vueltas a mi alrededor mientras me miraba. "Vaya, vaya..." dijo, relamiéndose los labios y mientras se llevaba la mano a la boca, continuó, "Dios mi Señor, ¿Qué tenemos aquí?" El fuerte olor de su colonia y de su ahumada ropa le seguía hasta mí, cuando me dijo que me agachaba sobre la cama sólo con las ligas y me apretó con el pene sobre el culo y luego me lo metió en la vagina, pero tenía que hacerle sexo oral de vez en cuando, "para limpiar", decía. Era asqueroso y vil, incluso bajo el control mental. Después tuvimos relaciones sexuales y le gustaba cuando hacía ruidos. Tenía un punzón o algún tipo de aparato eléctrico cerca, pero no lo usábamos mucho. Cuando empujaba la palanca hacía un sonido crepitante y lo que surgía parecía una descarga de color amarillo ardiente de algún tipo de electricidad. Decía que no lo tenía que usar mucho conmigo porque yo era muy buena.

Me preguntó si me gustaba lo que hacía. Me encogí de hombros y dije: "Sí", pero debido al control mental al que estaba sometida era incapaz de pensar realmente acerca de su pregunta. Me dijo que le gustaban los más jóvenes, "...Bella señorita". Le gustaba besar con lengua, pero tenía un gusto asqueroso a puros. Sus partes íntimas también olían. Pero después estaba la colonia para encubrir el olor. Estaba bastante gordo según mi percepción, pero era grande y alto. Lyndon tenía un pene entre mediano y pequeño para su gran cuerpo, pero me decía que lo usaba bien. En realidad no era peludo y el cabello ya le empezaba a caer. Usaba algo como Vitalis en lo que quedaba de sus cabellos cuando se peinaba. Creo que quizá era por eso que siempre llevaba el sombrero de vaquero, incluso en la cama.

Solía dormir toda la noche con él, porque él lo quería. Dormía muy cerca de mí y se agarraba a mí.
Pasé la noche y luego por la mañana me llevaron a casa. Cuando estaba en 10º grado, pasaba la noche con él más a menudo - a veces incluso entre semana. No llegaba a la escuela hasta las 11:30 am de todos modos nadie era capaz de decir que no había ido. A veces me perdía un día de escuela y nadie en Hale o en la Taft High nunca me decían nada. Otra forma de trauma se añadió cuando un día después de la escuela, me vi obligada a ver cómo los hombres trajeados maltrataban a mi director de la escuela secundaria.

Me llevaban a la Casa Blanca para estar con Lyndon. Una noche me contó todo acerca de esta señora llamada Agnes que él amaba antes de que a Lady B. Por eso él llamó a su mujer, "Lady B", en lugar de Lady Bird. Decía que nunca se había recuperado de Agnes, que no podía olvidarla. Decía que Lady B encajaba en sus planes de futuro y trabajaba mejor, pero que él realmente amaba a Agnes. Cuando hablaba de Agnes tenía una ridícula mirada lejana en su rostro.

Lyndon me dijo que su mujer de hecho se había hundido al principio de su matrimonio, cuando una especie de naturaleza maternal la trastocó. Decía que a partir de entonces no estaba tanto por el sexo, de modo que se hizo cargo de sus necesidades en otros lugares. Me dijo cosas tan personales que creo que debía haber olvidado que yo era muy joven. Mucho de lo que él me dijo casi no lo entendía. Pero yo escuchaba, parece ser que para satisfacción suya, porque un día me felicitó diciendo: "Eres una oyente muy buena, señorita".

A Lyndon también le gustaba abrazarme en su regazo en un sillón mientras me acariciaba viendo la televisión. Normalmente me tapaba con una manta. Se hizo más reservado y fingía que había personas
presentes en la habitación con nosotros mirando pero sin saber lo que estábamos haciendo. Entonces él me preguntaba si me gustaba.

Yo sonreía y estaba programada para decir: "por supuesto", o, "dame más", o, "eres tan grande". A él le gustaba todo esto. Llevaba el perfume "Unforgettable" con él. Era picante y fuerte, pero a él le gustaba. Especialmente le gustaba el sexo cuando yo estaba menstruando - decía que la excitaba. Le gustaba hacerme todo tipo de cosas pervertidas durante esos momentos, que no me siento cómoda compartiendo aquí. También sugería que hiciera lo que solía hacer ante las cámaras y que tomara las riendas de nuestra actividad sexual. "Tú estás a cargo de la prostitución, señorita", me decía mientras sonreía y se quitaba el sombrero. Este sombrero era algo tan importante para él.

Me hablaba mucho y me contaba todo tipo de historias sobre la época en que era presidente. Le gustaba que yo le llamara "Prez". Me dijo que cuando le llamaba Lyndon le hacía sentir culpable por Lady B por eso decía que le llamara "Prez" y yo hacía lo que él mandaba.

A veces llevaba estas cosas tontas elásticas para sujetar los calcetines como hacía Bob (Hope). Se le veía tan ridículo llevando aquellos calcetines tontos, los calzoncillos y el sombrero, mientras estaba sentado y fumando. No tenía cuidado de su apariencia. La habitación siempre estaba bastante oscura. Decía que se sentía más cómodo de esta manera, pero mis ojos se ajustaban a la oscuridad y todavía podía ver cómo de tonto parecía. La personalidad de adolescente programada para estar con él en ese momento era respetuosa y actuaba tal como mandaba su programa, pero en sus ojos de adolescente, sentía que era un idiota.

Yo hacía cosas que le hacían reír. Eran cosas muy tontas pero parecía que le gustaban. Como una vez que me cogí el pelo y lo hice pasar por encima del labio superior y levanté el labio hacia arriba, apretando el cabello debajo de la nariz para que pareciera un bigote. Cosas tontas que lo hacían reír.

Ponía a prueba mis habilidades programadas. Una vez me quemó con un cigarrillo, dijo que porque se le había dicho que probara a ver qué pasaba. Parecía bastante sorprendido cuando me quité la ropa, me senté, me puse en posición y le dije que se pusiera delante y que lo hiciera, que no me quemaría. Así que él presionó su cigarro en mi vagina y no me quemó. El dolor ni siquiera apareció - "ni siquiera me ha hecho daño", es lo que le dije. Esto lo encendió y dijo: "Jovencita, me has hecho venir una gran erección". Me dijo que había una infinidad de jovencitas a quienes les gustaba su "gran erección".

Le gustaba la canción que dice: "Soy un vaquero alto y largo, y llevo un sombrero de 10 galones".
También le gustaba "Born Free" y " Raindrops Keep Fallin' On My Head" de Burt Bacharach y "Blue, Blue, My World is Blue". También le gustaban los "hot dogs" y las hamburguesas, pero más los "hot dogs". Y me dijo que le gustaban los Teckel, esos pequeños perros salchicha. A menudo me sentía como un perro con él, porque siempre me estaba acariciando la cabeza. Yo bromeaba con él sobre esto y empezaba a ladrar cuando me daba golpecitos. Podía ser realmente espontánea con él y parecía que le encantaba. Él reía y reía como Nixon y Reagan habían hecho con las tonterías que yo estaba programada para decir y hacer. No sé si era consciente de que había sido programada para decir la mayoría de los chistes.

Los hombres trajeados normalmente me llevaban con ellos a un hotel. Me metían en la habitación a esperarlo. Me decían que los trajeados eran de la mafia, pero los agentes del Servicio Secreto esperaban afuera en la puerta una vez que el "Prez" ya estaba allí.

Cuando nos quedábamos solos yo estaba programada para decir: "Hey "Prez", tienes una gran erección para mi pequeño "coñito" hoy?" Él se excitaba y empezaba a besarme y a lamerme. Qué asco, era brutal. Pero eran los zapatos "Saddle" los que realmente le pillaban cada vez. Le gustaba que me vistiera con ropa de tipo escolar y así lo hacía. Me habían llevado en helicóptero desde algún lugar cerca de Woodland Hills. Normalmente no volaba en un gran aerolínea comercial para ver a Lyndon. No sé por qué, pero normalmente era en aviones privados. Después me iba a dormir con él toda la noche y me trasladaban de vuelta a California. Hubo momentos en que, después de haber sido utilizada, los hombres trajeados me echaban del coche cerca de la escuela y yo llevaba la ropa de escuela del día antes, y sólo tenía que ir a pie a la escuela y entrar como si nada hubiera pasado.

Una vez, cuando me enviaron a Lyndon, de alguna manera acabé poniéndome la medalla de San Cristóbal que mi programado novio Craig me había dado para tener una relación estable. Los hombres trajeados normalmente me quitaban los objetos personales de esta naturaleza, pero por alguna razón, se olvidaron del collar esta vez. Johnson lo examinó y me preguntó qué era. Incapaz de pensar en mentir, le dije que era un collar que me había dado mi novio. Inmediatamente se le veía deprimido. Así que subí a su regazo y le dije que no se preocupara que mi novio no se podía comparar con él y que me habían obligado a estar con mi novio, pero que yo había optar por estar con él. Sonrió, se puso el sombrero sobre la cara y se echó hacia atrás en la silla ordenando, "una mamada a-la-carta". Así que hice lo que me mandaba. Dijo que la mayoría de las mujeres no le querían como yo lo hacía.

Lyndon pensaba que los vaqueros eran el mejor y más poderoso tipo de hombres. Me llevaron a Texas para ser utilizada sexualmente por el "Prez" en una cabaña o rancho en medio de la nada. Tenía vallas y caballos y una casa del tipo cabaña de madera, pero casi no había árboles ni vegetación, como en California. La cabaña era de madera por dentro y tenía una lámpara que había hecho un pirata. A él le gustaba y yo le tomaba el pelo al respecto. "De quién era la pierna con la que hiciste la lámpara? "Sobre una mesa había una foto de Lady B, que había sido tomada en el Rancho. Teníamos sexo allí de vez en cuando, ya que, según explicó, era un lugar donde podía ir y no ser visto ni molestado por nadie. El Servicio Secreto podía guardarlo bien allí ya que no había nadie más alrededor y nadie tenía que ir a hacer nada a menos que LBJ lo supiera y hubiera sido invitado. A pesar de la seguridad de allí, LBJ a menudo llevaba una pequeña pistola atada a la pierna a la bota, decía que disfrutaba llevándola. Me llevaba bailando hasta su habitación, en la cama que compartía con su mujer. Decía: "Al dormir aquí contigo, cuando me estoy follando a la señorita, puedes apostar que estaré pensando en ti".

Había limusinas blancas con Johnson. Le gustaba el sexo oral cuando íbamos detrás. Hizo montar a
los Agentes del Servicio Secreto con el conductor en lugar de en la parte posterior con él, y les cerró la ventana tintada de detrás del conductor. Dijo que no quería ser molestado, porque él y la "joven dama tendrían una charla agradable y tranquila", cuando en realidad era un encuentro sexual. En general, lo llevaban a algún lugar y al llegar a su destino final bajaba de la limusina, dejándome atrás, o me hacían esperar atrás para cuando él volviera. Podía procurarse hasta tres encuentros de sexo oral al día sin ningún problema. Llevaba el reloj de bolsillo con cadena en el bolsillo del chaleco y controlaba el tiempo para informarme si teníamos prisa o no. Normalmente decía que teníamos prisa esto significaba que tenía que trabajar con rapidez y conseguir excitarlo y satisfacerlo rápidamente.

Más adelante, me buscaba para bailar al estilo vaquero con él y lo intenté pero no era muy bueno.
Decía: "No te preocupes, sabes cómo hacer las cosas más importantes - que es lo que cuenta". Un día me dio un lirio que cogió de sobre una mesa del hotel. Hizo una reverencia y bailó un poco cuando me la ofreció a mí. Fue algo realmente fuera de lugar.

Al final de la administración del "Prez", también acabé llena de información de archivos mentales.
Me habían llevado a diferentes oficinas en Washington DC para ser impresos en el más alto secreto, datos clasificados por una mujer administradora.

LBJ también me dijo que la Casa Blanca era un lugar muy solitario para vivir y que en realidad no era muy feliz allí. Dijo que estaba más como en casa en Texas en su rancho. De vez en cuando teníamos encuentros allí y otros hombres estaban presentes. Tuve hacer sexo oral a muchos de ellos. Yo solía estar allí una noche y luego me llevaban a la ciudad en limusina, y luego iba en avión a casa. Antes de que me subieran al avión en California, los hombres trajeados siempre me traían una coca cola y patatas fritas francesas del McDonalds. Esto formaba parte de mi programación para hacerme creer que estaba en el McDonald de California, así que realmente no recuerdo donde estaba. Las patatas fritas y la coca cola estaban deliciosas ya que mi programación me privaba de alimentos antes y durante el tiempo de mi uso.
Entonces los hombres me subían al avión con la sugerencia de dormir y olvidar. Debido a nuestra programación mi madre nunca se daba cuenta de que me había ido y no lo hice... no fue hasta 1991... más de veinte años más tarde.

"Esto, también, es aparte de "La verdad os hará libres". - Juan 8:32

(En realidad el versículo dice: "y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres").






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